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Somos de los mejores en tecnología para la agricultura y nuestra región está a la cabeza

Opinión

Diego Abdo
@chinoabdo

Los desafíos por delante son mejorar la calidad laboral, productiva, de suelos y de vida en el campo y apuntalar también el bienestar de los animales.

En su conjunto no fue malo este año que pasó para el agro, que finalmente no se vio obligado a frenar de golpe como lo tuvieron que hacer el resto de las actividades económicas, paralizadas de un mazazo por las sucesivas cuarentenas. El productor agropecuario siguió trabajando su campo y las empresas de maquinaria e insumos continuaron abasteciendo a toda la cadena. Solo en maquinaria agrícola las cifras de ventas subieron más del 20% en relación al 2019, y hoy una gran parte de las empresas de sembradoras, cosechadoras, pulverizadoras e insumos están vendiendo con fecha de entrega a dos o tres meses.

También el sector agroindustrial argentino, empujado por la zona centro del país, sigue a la vanguardia en la adquisición de nuevas tecnologías. En pulverización pueden verse maquinas con aplicaciones cada vez más selectivas que logran un ahorro de entre un 40% y hasta un 90% del principio activo.

En las innovaciones el uso de robots cada vez más autónomos tiene un capítulo especial y hoy quien maneje una máquina de última generación sabe, por ejemplo, cuando parar la cosechadora para cambiar el bolillero en el momento exacto. Y así mucho más.

En pulverización pueden verse maquinas con aplicaciones cada vez más selectivas que logran un ahorro de entre un 40% y hasta un 90% del principio activo.

En relación a la adquisición de tecnologías de vanguardia en el mundo llegan estos anhelos:  mejorar la calidad laboral, productiva, de suelos y de vida en el campo y apuntalar también el bienestar de los animales. Las llamadas “buenas prácticas ganaderas” van camino a mejorar aún más la trazabilidad a través de collares y caravanas y del armado de tropas en forma remota que también nos brinden información sobre cómo controlar el peso en el lote, cuando el animal va a tomar agua o pasa por una tranquera. Por esa novedosa línea van también los comederos y boyeros eléctricos automáticos que contribuyen al tránsito de los animales y al manejo remoto.

Según Hernán Ferrari, uno de los técnicos del INTA más prestigiosos del país, seguidor de la línea del memorable Mario Bragachini, “en buenas prácticas vamos ganándole al mundo. Argentina se encuentra en el 13° lugar en desarrollo de tecnología para la agricultura. En buenas prácticas venimos creciendo mucho por el sistema de monitoreo remoto. Por ejemplo, puedo ver desde mi oficina cómo trabaja una pulverizadora en cualquier punto del país, viendo las condiciones climáticas, trabajando en el medio ambiente, ver la deriva. Le puede mandar una señal a la escuela más cercana, a una comisaría, al Ministerio.

Las llamadas “buenas prácticas ganaderas” van camino a mejorar aún más la trazabilidad a través de collares y caravanas y del armado de tropas en forma remota que también nos brinden información sobre cómo controlar el peso en el lote.

Por delante siguen bien vivos esos desafíos como sector agropecuario que la sociedad debería compartir sin dudar:

  • Mejorar la calidad de vida de los pequeños productores de alimentos, golpeados por las crisis económicas, la falta de precios rentables y la ausencia de políticas estables;
  • Mejorar sustancialmente la conectividad en los campos, todavía aislados, sin señal de celular, sin conexión a internet;
  • Pegar un salto en los rendimientos de los cultivos poniendo el foco en la rentabilidad de los productores y el cuidado de los suelos;
  • Continuar capacitando a los operarios de la maquinaria agrícola para una mayor utilización sana del suelo;
  • Continuar con ese objetivo de disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero;
  • Utilizar envases cada vez más sustentables;
  • Involucrar cada vez más a las comunidades y a sus jóvenes en las tareas diarias del campo.

Pero amigos productores, ingenieros, contratistas, veterinarios: el camino sigue siendo esperanzador, estamos en el medio de la Pampa Húmeda, tenemos con qué.