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“Será una campaña con mayor riesgo”

 

Eventos significativos extremos con grandes períodos de sequía y precipitaciones excesivas marcaran al menos los primeros meses de este año en el centro del país.

Desde la Estación Castelar del INTA, Pablo Mercuri, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales del INTA, evaluó hasta la médula los detalles del clima que pueden llegar a volver a ser determinante para el productor agropecuario de la Pampa Húmeda que viene golpeado por una seca que lo dejó sin aliento en este 2020.

¿Qué evalúa de este período? “Estamos sometidos a una alta variabilidad climática, que es intraestacional, dentro de la misma estación de crecimiento de los cultivos; interanual, diferente entre años y campañas, y en períodos más amplios. Una mayor frecuencia de eventos extremos significativos que impactan sobre la producción, con períodos de sequía prolongados o muy frecuentes, y precipitaciones excesivas en un muy corto período de tiempo”, resumió Mercuri.

Para el mediano plazo, en base a datos de la Universidad de Columbia, Mercuri apuntó que para el trimestre enero, febrero, marzo de 2021 “hay una perspectiva en el Litoral y todo lo que es la cuenca del Paraná y del río de La Plata y centro del país de precipitaciones por debajo de lo normal. Esto quiere decir que el acumulado de este período es muy probable que esté por debajo de los valores normales o medios”.

¿Cuáles serán las características climáticas para la gruesa? “Será una campaña con más riesgo porque estamos conviviendo con un marcado condicionante océano atmosférico como es la Niña, que no es el único, pero es de alta influencia sobre nuestra región”, dijo.

El especialista planteó además que “más del 60 por ciento de las áreas agrícolas del centro del país están con problemas de disponibilidad de agua en el suelo”, situación que ya se viene planteando desde la implantación de la campaña fina.

En cuanto a cómo afrontar agronómicamente un año Niña como el actual, Mercuri aconsejó: “La mejor preparación para amortiguar los impactos interanuales y estacionales que genera el clima, sobre todo en la variable agua, es la gestión de la misma; el análisis del agua disponible y el agua esperada, es el mejor mecanismo y estrategia de adaptación. Nuestro sector es líder en adaptarse al clima, hemos adoptado y perfeccionado sistemas, como la siembra directa, hemos incorporado tecnología genética, hemos ampliado los períodos de siembra, son todas buenas prácticas que tienden a gestionar esa disponibilidad de agua”.