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Juguetes, juegos y deportes folklóricos

Sanos y entretenidos juegos que lamentablemente han caído en el olvido, perdiendo vigencia, quizás como consecuencia de la juguetería comercial masiva y del exagerado e inadecuado uso de dispositivos electrónicos actuales.

Todo le fue quitando protagonismo a los tradicionales juegos y juguetes de la infancia, sencillos, pero donde el ingenio, la actividad física y recreativa, eran las características propias, coherentes con este período del ser humano tan valioso en la formación de la personalidad.

El regreso de la arquería y el control de la mente

Se encuentran variadas posibilidades en aquellos juegos que pertenecen al mundo mágico de la infancia, algunos practicados en forma colectiva y otros individuales, una gama de rondas y rimas cantadas, adivinanzas, “la mancha”, “la escondida” “la sortija” “el tira y afloja” muchos de los cuales se practicaban en los recreos de la escuela, momento propicio e ideal para su disfrute y que hoy ya no es tan habitual entre los niños.

Las carreras de sortijas también son un juego de niños.

En las antiguas civilizaciones los juguetes eran reflejo de los avances y progresos alcanzados, imitando por ejemplo armas de combate o algunas pequeñas embarcaciones, y muchos juegos se relacionaban con enseñanzas propiciatorias para futuros trabajos.

Con sus columnas María Eugenia Alvear nos ayuda a entender más sobre nuestra cultura.

Si nos situamos en nuestro país, podemos señalar algunos que han llegado hasta la actualidad como el “trompo” y el “barrilete” que datan de los siglos X y II antes de Cristo, respectivamente. El “balero” es un juguete muy popular conocido además en Colombia, Ecuador, México, Uruguay entre otros países. Lindo juego era la “tabiada” que, si bien fue introducido por los españoles, siendo de origen griego, cobró gran popularidad entre los jóvenes gauchos, como también lo fue el “truco” un juego donde la picardía criolla se entreveraba con naipes y guitarreadas en las pulperías del silgo XIX.

El barrilete aún hoy sigue vigente.

Cabe mencionar otras actividades bien criollas como los típicos juegos del gaucho argentino: las “carreras cuadreras”, las “riñas de gallo”, la “corrida de pato” y el “sapo”.

El regreso de la arquería y el control de la mente

Félix Coluccio, destacado folklorólogo dedicado a la constante investigación de las manifestaciones populares, en uno de sus libros “Folklore para la Escuela” presenta una minuciosa descripción de juegos tradicionales acompañados de rimas, coplas, adivinanzas, resaltando además cuentos y leyendas folklóricos que se constituyen como útiles herramientas de enseñanzas.

La rayuela, uno juego sencillo y didáctico que también incentiva la coordinación.

En el extenso listado de juegos tradicionales que encontramos en América, debemos destacar la “rayuela” que cuenta con diferentes planos según las regiones donde se la practique, y “ponerle la cola la chancho” que dibujado en un pizarrón recibe los graciosos intentos de cada niño con los ojos vendados, arengado por sus compañeros que se divierten por las disparatadas ubicaciones de la cola o festejando el anhelado acierto.

El Carnaval, una tradición de la humanidad

Muchos de los juegos y deportes folklóricos que se han practicado durante décadas y han llegado a nuestros días, tienen orígenes americanos, influencias africanas y por supuesto de las corrientes colonizadoras, generalizándose así pasatiempos propios de diferentes culturas.

Los pueblos originarios de estas tierras contaban con entretenimientos que hoy podemos comparar con algunos deportes acuáticos como las carreras de natación que los mapuches llamaban “muñetún”, los tobas practicaban el “Katúm tum – tum” que consistía en tirarse al agua de a dos, tomados de las manos sin soltarse hasta salir a la superficie.

El regreso de la arquería y el control de la mente

Mediante actividades lúdicas los pequeños matacos, fantaseando copiaban el andar de los sapos, a los saltos, flexionando las rodillas, y entre los guaraníes, chiriguanos y cainguás eran habituales los juegos en rondas.

No faltaban las muñecas de trapo, barro o huesos. La “chueca” (vara curva que impulsaba la bola) era un juego ritual mapuche de gran difusión, que bien podríamos comparar con el hockey, mocovíes y pilagáes compartían un juego similar.

Entre los juegos de los Mapuche se destaca el palin o chueca.

El fútbol también tiene su antecedente americano, en varios juegos con pelotas, en un espacio preparados para tal objetivo llamado “cancha”, vocablo quechua incorporado al español, el “trümun” puede ser nombrado como fútbol nativo por sus similitudes con el actual deporte.

El “peucutún era un juego que no sólo encontramos entre los originarios americanos, ya que hay registro en culturas de otros continentes donde se rodeaba a un niño formando una rueda cerrada con el fin de lograr que desarrolle destreza y astucia para escapar. Los juegos de azar con dados, carozos, palillos, etc. eran típicos para conseguir como premio animales, adornos, y otros elementos de utilidad.

Será quizás este el momento de abrir el cajón de los recuerdos, rescatar juguetes y salir a los patios.

Y así podríamos seguir describiendo las variedades de juegos, juguetes y deportes que se encuentran en nuestra historia, pocos siguen vigentes, otros se modificaron, pero muchos se han perdido… Y cuánta falta hacen aquellos que favorecen la comunicación, la creatividad, la sana competencia, y que atesoran tanta riqueza en valores.

Será quizás este el momento de abrir el cajón de los recuerdos, rescatar juguetes y salir a los patios, a las veredas, a las plazas y a los recreos en las escuelas para volver a disfrutar de tantos juegos maravillosos que hemos perdido.

Por María Eugenia Alvear
Profesora de Historia y de Folklore