El reconocido economista visitó Junín invitado por la AIAJ y analizó los desafíos económicos que enfrentará el próximo gobierno argentino, resaltando la urgencia de reformas y la necesidad de generar confianza para una recuperación sostenible.
El reconocido economista Roberto Cachanosky fue invitado por la Asociación de Ingenieros Agrónomos de Junín (AIAJ) para disertar, el pasado martes 5 de diciembre, sobre la situación económica que enfrentará el gobierno entrante de Javier Milei a partir del 10 de diciembre. Ante un público diverso, que incluyó a ingenieros agrónomos, asesores, productores agropecuarios y ciudadanos de la región, Cachanosky abordó los desafíos económicos que requieren atención inmediata.
Durante su charla en la sede de la Escuela de Ciencias Agrarias y Naturales de la UNNOBA, Cachanosky manifestó un enfoque crítico respecto a la pronta recuperación de la economía argentina. Señaló la urgencia de resolver temas clave, como la eliminación de las Letras de Liquidez (Leliqs) del Banco Central, la estabilización del tipo de cambio y la revisión de los subsidios estatales que influyen en las tarifas.
En cuanto a las políticas económicas que ordenen el tipo de cambio y eliminen los distintos cepos que hoy existen en materia de importación y exportación, el economista dijo que el único camino son medidas que, más allá de que se lleven a cabo de manera gradual o inmediata, generen “un shock de confianza en la población como, por ejemplo, lo hizo el gobierno de Alfonsín en 1985 cuando se presentó el Plan Austral y dijo en ese momento que se venía una economía de Guerra y que lo que debiera estar privatizado se iba a privatizar. El plan fue creíble y muy bien presentado, y generó tal confianza que le posibilitó bajar la inflación y ganar las elecciones de medio término. El defecto fue que lo que prometió que iba a hacer no lo hizo. Acá hay que anunciar y hacer con una mirada hacia el futuro para que entren los dólares que se necesitan y que a la par no se desborde socialmente. Mi duda es: Milei llega a presidente sin gobernadores, intendentes, y sin mayoría en diputados y senadores. Generar esa confianza se puede hacer como mínimo teniendo el respaldo político, si no es imposible”.
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En línea con genera confianza Cachanosky dijo que el empresariado debe estar incentivado a contratar cada vez más empleados y para ello “hay que terminar con la industria del juicio en lo inmediato. Y a la vez hay que incorporar la economía argentina en el mundo y exportar e importar cada vez más. Para ello es necesario quitar las regulaciones que existen para exportar”.
Respecto al tiempo que llevarán estas reformas, el economista advirtió que la sociedad argentina debe estar preparada para afrontar cambios profundos y ser pacientes, ya que los resultados positivos podrían no ser inmediatos, sino a largo plazo.
“Los problemas por resolver son bajar el gasto público, desregular la economía sacando trámites mediante una reforma tributaria, una reforma laboral y terminar con los planes sociales. Enumerarlo es fácil, el problema es el tiempo que eso lleva para resolverse porque no estamos dispuestos como sociedad a asumir estas malas noticias. Los países que atravesaron crisis y se recuperaron como Irlanda o España tras la caída de Franco al menos tuvieron más de 15 años para salir. Los países tienen tiempos de recuperación muy distintos a lo que los ciudadanos pretenden. Por eso en nuestro país un presidente comienza con un 70% de apoyo ciudadano y terminan con menos del 20%. Si se requieren cambios profundos va a llevar tiempo y requiere de paciencia, y probablemente los resultados no lo veamos nosotros sino nuestros hijos”.
El futuro de las retenciones
En relación con las retenciones al sector agropecuario, Cachanosky propuso una reducción progresiva de estos impuestos para aliviar la presión sobre las exportaciones y estimular la producción. A pesar de las expectativas positivas en el sector agropecuario ante un cambio de gobierno, advirtió que es improbable que todos los problemas se resuelvan de inmediato, aunque confía en un diálogo más razonable entre el nuevo gobierno y el sector.
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“Lo ideal sería que empiecen a bajar las retenciones, o por lo menos si no pueden bajarlas en este momento que las tomen a cuenta del impuesto de Ganancias del año que viene. O sea, yo pago los derechos de exportación ahora, pero una parte me la puedo tomar como compensación del impuesto a las Ganancias en el 2025. De esa forma ir reduciendo la presión sobre las exportaciones, porque en realidad si bajamos los derechos de exportación puede aumentar muchísimo la exportación, la producción y mejorar la economía”.
Ante un panorama “llovedor” desde lo climático y el optimismo sobre el cambio de Gobierno que se supone implementará políticas más afines a la producción agropecuaria, el economista argumentó que “el productor agropecuario probablemente va a estar entusiasmado en términos de que por lo menos no lo van a estar persiguiendo como lo persigue el Kirchnerismo”. Aunque según vislumbra “no creo que le vayan a resolver todos los problemas de entrada, pero va a haber un diálogo muy razonable con el Gobierno entrante. Estoy convencido de eso”.
