La soja recupera terreno con subas en el disponible y en los futuros, mientras que el maíz sigue bajo presión por la competencia brasileña. El USDA proyecta una producción mundial récord y la cosecha local avanza con demoras, en un escenario donde la rentabilidad condiciona las decisiones de siembra para 2025/26.
En los últimos 30 días, el mercado de granos mostró una dinámica dispar entre soja y maíz. Mientras la oleaginosa disponible registró una mejora de hasta USD 15 por tonelada, impulsada por la baja en los Derechos de Exportación (DEX) y el repunte de las cotizaciones internacionales, el cereal mantuvo una tendencia descendente con bajas de hasta USD 6 por tonelada. En este caso, la presión llegó principalmente desde la mayor competencia que representa Brasil en el mercado global.
El contraste se reflejó también en los futuros. Los contratos de soja se mostraron en general al alza, con subas de más de USD 10 por contrato y un repunte destacado del contrato noviembre, que avanzó 8,5% en el último mes, acompañado por una marcada tendencia y un volumen operado en crecimiento. En cambio, el mercado spot se mostró más volátil, con correcciones que reflejan la incertidumbre local.
En el plano de las relaciones de precios, la combinación de una soja en ascenso y perspectivas productivas alentadoras para el maíz empujaron la relación soja/maíz por encima del promedio de los últimos 12 meses. Esto abre un escenario de mayor expectativa en la definición de áreas de siembra, aunque persisten dudas en torno a la campaña 2025/26.
Producción y cosecha: señales mixtas
El informe más reciente del USDA proyecta una producción mundial de 1.288 millones de toneladas, lo que significa un incremento del 5% respecto de la campaña anterior. En paralelo, la estimación de demanda global creció un 2,4% frente al informe previo, confirmando que el consumo mantiene su ritmo de crecimiento.
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A nivel local, el avance de la cosecha ya alcanza el 95,9% del área nacional, aunque con una demora de 2,8 puntos porcentuales frente al año pasado y 1,1 p.p. en comparación con el promedio de las últimas cinco campañas. La proyección de producción se mantiene en 49 millones de toneladas, con una variación mensual positiva del 0,2%.
Dentro de las proyecciones, el girasol aportó un dato alentador: por segundo mes consecutivo, las estimaciones de producción se ajustaron al alza en 0,3 millones de toneladas. Sin embargo, la soja vuelve a estar en el centro de la escena: aunque mostró una mejora en la última campaña, persisten dudas sobre el área a sembrar en el próximo ciclo, dado que los márgenes resultan negativos en gran parte del país.
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Un mercado en transición
El USDA no modificó sus proyecciones de demanda, aunque las estimaciones de producción y stocks finales tuvieron un leve retroceso cercano al 0,5%. Así, el mercado global se mueve entre señales mixtas: una producción creciente, una demanda firme y la necesidad de ajustar la rentabilidad en países como la Argentina, donde la combinación de costos internos y presión impositiva condiciona la planificación de los productores.
Con precios internacionales en alza para la soja y un maíz que aún busca recuperar competitividad, el escenario de los próximos meses será clave para definir la orientación de la campaña 2025/26.