Respetado como uno de los grandes referentes de la región, este extensionista del INTA se especializa en forestación y en sistemas productivos de alimentos como la llave para la alcanzar la seguridad alimentaria.
Alejandro Signorelli cerca de los 40 años lleva sobre su camino una trayectoria que lo consolida como referente territorial. Ingeniero agrónomo, ingresó al INTA en el 2015 y actualmente es extensionista dentro de la OIT Vedia asistiendo a más de 10 localidades de los distritos de Leandro N. Alem y General Arenales.
Instalado junto a su familia en Vedia su pasión por la naturaleza se arrastra desde chico pese a venir de una familia del Gran Buenos Aires. “En casa siempre me inculcaron actividades relacionadas al campo, las plantas y los árboles. Especialmente mi abuelo que tenía numerosos frutales y árboles”, explica.
Sus primeros pasos fueron decisivos cuando ingresó a jugar en primera en materia forestal en el INTA Delta del Paraná y en la Dirección Forestal de Nación. Como extensionista dio un gran salto de la mano del territorio de las Islas del Delta del Paraná, la mayor superficie forestada de álamos del país y la mayor de sauce en el mundo.
- Viene alguien que no conoce Argentina y te pregunta: ¿Qué es el INTA para vos?
No puedo separar mi vida del INTA. Uno está dedicado 100 % a la institución. Somos servidores públicos. Es mi lugar de trabajo, el espacio donde realizo lo que me gusta.
Es el lugar de encuentro con mis compañeros, donde todos se acercan y es la institución que llega a todos lados. Trabajamos con todos, grupos de productores, productores capitalizados, contratistas, agricultores familiares, consorcios, municipios y escuelas.
El INTA fue fundado bajo los criterios de desarrollo rural y la mejora de la calidad de vida de los pobladores rurales, y creo que ese espíritu sigue vigente y es lo que uno trata de aportar y llevar a cabo. No creo que haya otra institución tan abocada a trabajar por el desarrollo de la Argentina, por eso lo elijo todos los días.
- ¿De dónde nace tu pasión por los bosques y los árboles?
Los bosques son vida. Son fuente de recarga de agua, son oxígeno, son hábitat para muchas especies, son un recurso económico, son paisaje y son protección. Ya decidido estudiar agronomía en la UBA, en los primeros años de la facultad me acerqué la catedra de Dasonomía, que es la encargada del estudio de los Bosques. Allí comencé mi formación en la rama forestal, en extensión y en educación, ya que fui docente desde el 2008 hasta el 2013 que mude a la ciudad de Vedia.
También estudie Ciencias Ambientales para complementar mis estudios agronómicos. Viajes, cursos, reuniones con productores y capacitaciones fueron moldeando al agrónomo y convirtiéndolo en forestal.
- ¿Qué es la forestación?Un sistema de producción estable en el tiempo, una actividad amigable con el ambiente y con múltiples beneficios para la sociedad. Además, forestar significa pensar a largo plazo y planificar… algo que necesita nuestro país.
Recuerdo en un viaje a Japón, por una capacitación en “Criterios e indicadores para la certificación Forestal Sostenible”. Un país muy desarrollado forestalmente. Ahí los turnos de aprovechamiento de la madera son de 80 años, es decir que hoy están cortando los árboles que plantaron sus abuelos y están forestando para que sus nietos tengan bosques.
Los bosques son vida. Son fuente de recarga de agua, son oxígeno, son hábitat para muchas especies, son un recurso económico, son paisaje y son protección.
- ¿Qué métodos utilizarías para que toda la sociedad conociera más sobre bosques?
Un plan que siempre me gustó fue el de hacer corredores biológicos forestales en las rutas. Hay miles de kilómetros de rutas (tanto asfaltadas como rurales) y miles de hectáreas de banquinas que se podrían forestar sin riesgo para la circulación automotriz. De esa manera se crea un paisaje verde que la gente vería cotidianamente.
Fomentaría la construcción en madera, es más rápida, económica, ergonómica y sustentable. Se plantarían miles de hectáreas aprovechables, se generarían miles de puestos de trabajo y se disminuirá la huella de carbono del país.
Como extensionista dio un gran salto de la mano del territorio de las Islas del Delta del Paraná, la mayor superficie forestada de álamos del país y la mayor de sauce en el mundo.
También la concientización viene con los más chicos. Así que armaría un fuerte programa educativo promocionando las forestaciones, el consumo de papel de fuentes renovables certificadas y actividades y salidas educativas relacionadas a los bosques. Fomentaría las forestaciones en las áreas periurbanas y en las superficies marginales en complemento con la ganadería donde no compita con la agricultura.
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- ¿Cuál es la mayor amenaza que sufren hoy los bosques?
El cambio en el uso de la tierra en lo que respecta a bosques nativos. Vemos que en Argentina y Latinoamérica se han perdido miles de hectáreas, reconvirtiendo ese suelo en actividades relacionadas a la ganadería, la agricultura y el desarrollo urbanístico.
El cambio climático genera eventos cada vez más extremos y periódicos, esta generando condiciones para el desarrollo de incendios incontrolables, con pérdidas invaluables en superficie boscosa. En el 2020 y el 2021 ardieron numerosos bosques en todo el mundo. Hay que seguir trabajando fuertemente en la prevención, y tener un ordenamiento territorial a la altura de los desafíos del siglo XXI para la protección de nuestros recursos boscosos y para las futuras generaciones.
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- ¿Qué se te viene a la cabeza cuando te nombran la palabra huerta?
Producción familiar y producción de alimento. Producir nuestros propios alimentos de manera segura. La huerta está asociada a la soberanía alimentaria y si tenemos soberanía alimentaria no dependemos de otros para poder comer. Eso nos hace libre y soberanos de nosotros mismos y de nuestras decisiones.
Las huertas traen arraigo rural, son fuente de trabajo digno, generan desarrollo local y economía regional. Cada ciudad debería tener su propio cinturón verde de producción para abastecimiento local. Creo que ese es el desafío que tenemos por delante.
En primera persona
¿Qué tipo de libros lees?
Ciencia ficción, me atrae el futuro, la visión del hombre y de lo que pasará mañana, como vemos el mundo dentro de unos años. Leí mucho a Pacho O’Donnell sobre revisionismo histórico. Actualmente estoy leyendo Julio Verne y Miguel Stragoff.
¿Qué es lo que mejor te sale para cocinar?
Desde hace 4 años tengo en casa una peña. Ahí cocino a la parrilla que es mi especialidad pero también salen menús al disco y se amasan pizzas. Creo que lo mejor que asé fue un cordero al asador en la “Fiesta del Cordero Alberdino al asador” en 2014.
¿Si pudieras almorzar con alguien vivo o muerto, a quién te gustaría conocer?
Almorzaría un buen asado campero a Juan Manuel de Rosas, para que me cuente como era la provincia de Buenos Aires en su tiempo, como fue la defensa de las invasiones en el Rio de la Plata y me ayude a entender el enfrentamiento de unitarios y federales, la primera división de los argentinos.
Pensando en el futuro cenaría con Elon Musk, para ver su visión del mundo y si él ve un horizonte sustentable al final del camino.
¿Qué te hace sentir más vivo?
El Mar, mi segunda pasión. En la playa me siento vivo. La inmensidad del océano me atrapa. Puedo estar horas mirando el mar, o navegando.
