Por Matías Senigagliesi
El ojo debe estar en entender que hacer con la demanda animal por categoría, el ambiente, la forma de implantación, las especies y variedades a utilizar y la densidad de siembra.
Estamos en el momento crucial para el armado de la cadena forrajera, ya que comienzan las siembras de verdeos de invierno y pastoreos de larga duración, elementos que conforman la mayor parte de la oferta de alimento para la ganadería de carne y leche.
En este sentido, hay que definir varios aspectos, macros, para el éxito en la implantación y producción en el tiempo.
Los factores a establecer son: 1-Demanda animal por categoría; 2-Ambiente; 3-Forma de implantación; 4-Especies y variedades a utilizar y 5-Densidad de siembra. Los últimos 4 puntos definen la oferta que deberá cubrir la demanda y dejar remanentes ante dificultades como factores abióticos (por ejemplo sequía) y bióticos (por ejemplo cambios en las decisiones empresariales, ante modificaciones en el contexto de mercado).

Es fundamental, estar al tanto de cuál es la demanda según la categoría, estación del año, calidad y total al año de los animales que se posee en el establecimiento, ya que dicho parámetro va a definir la oferta y no al revés, lo cual lleva a errores y gastos extras.
El ambiente, es decir tipo de suelos, ubicación en el relieve, fertilidad del suelo (clave para la perennidad de los forrajes), presencia y tipos malezas, reserva hídrica, etc. van a detallar las especies, variedades, necesidades de nutrientes, uso de herbicidas, forma de implantación y potencial productivo, es decir la oferta.
La forma de implantar los recursos forrajeros puede ser aérea (con avión o equipos autopropulsados sobre cultivos) o terrestre (con sembradoras sobre rastrojo de cultivos, es decir en forma directa o suelo en casos que se use labranza, o sea de manera convencional).
Hay que definir varios aspectos, macros, para el éxito en la implantación y producción en el tiempo.
Conociendo el ambiente y la demanda de las categorías animales, se puede precisar las especies, variedades y densidad de siembra. Asimismo, todo se debe complementar con un plan sanitario, pautas de manejo precisas y personal incentivado y apasionado.
Como corolario, el diagnóstico e indicadores puntuales para su seguimiento van a permitir pasturas perdurables, productivas, rentables, incrementando beneficios de todo tipo y manteniendo el sistema vivo y sustentable.
Matías Senigagliesi, es ingeniero agrónomo y especialista en Gestión Ambiental en Sistemas Agroalimentarios (UBA). Matrícula provincial N° 793. N° de Reg. DSV y FA 2072.
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