Para Matías Senigagliesi la tensión entre producción y medio ambiente tiene como objetivo desprestigiar al sector agropecuario sin ideas y con desconocimiento.
Desde esta columna, no puedo dejar pasar la campaña de desprestigio contra el sector agropecuario, en definitiva de la actividad esencial del “interior” y una de la más promisoria de la República.
Desde hace varios años se está difundiendo un término, inexistente y despectivo, como Agrotóxico, que genera una imagen catastrófica, como la batalla de Verdún de la Primera Guerra Mundial, en la que todo lo que ocurre en el ámbito rural, fuese contaminante, brutal y sin ningún tipo de responsabilidad y control.
El vocablo fitosanitario es un producto, que utilizado de modo correcto, con los equipos de protección personal, con la indicación de un profesional bajo una receta que involucre hasta las condiciones ambientales y demás parámetros, permite un control de malezas, insectos y hongos que son perniciosos para las plantas que darán trigo, cebada, maíz, soja, forrajes, etc.
Es decir la producción que es clave para la alimentación de una población creciente, y que solo cuenta para llevarse a cabo con suelos finitos para su elaboración, lo cual quiere decir que no hay más suelos fértiles para poder utilizar.
El 80% de los fitosanitarios utilizados, en el campo, son Clase IV o Banda Verde, los menos tóxicos, según la normativa del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agrolimentaria (SENASA) dependiente del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca.
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Asimismo, hay un aumento, que crece año a año, de hongos y bacterias, inocuas para el ambiente, para regular poblaciones de plagas y enfermedades.
El 80% de los fitosanitarios utilizados, en el campo, son Clase IV o Banda Verde, los menos tóxicos, según la normativa del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agrolimentaria (SENASA).
Detrás de cada producto, sea químico ó biológico, hay innumerables instituciones públicas y privadas, que invierten muchísimo en investigación y desarrollo y concluyen términos y condiciones antes de aprobarlos.
Hay leyes provinciales e innumerables ordenanzas locales, por ejemplo más de 70 en 135 municipios de la provincia de Buenos Aires que regulan su uso.
En el caso de Junín, para mencionar un solo ejemplo, existe una Ordenanza desde el 2013 que se activó en el 2015 y que se debatió en distintos ámbitos. Además se presentó abiertamente en todos los pueblos que integran el Partido. Se difundió por todos los medios de comunicación, se realizan varios cursos para operarios de equipos de pulverización al año y se cuenta con un equipo profesional destinado a su funcionamiento y control. Todo funciona muy bien.
Por tanto pareciera que los verdaderos “vende Patria” son los que atacan al país federal, al corazón del país profundo, en detrimento de la producción agropecuaria y de la generación de divisas, que tan necesarias son por cierto.
Triste es esta discusión de quienes atacan, que solo se basan en intereses políticos vernáculos, en ideas europeas y en el desconocimiento. Sin defender nunca y sentirse orgullosos jamás de lo que se hace muy bien en nuestra tierra bendita.
