“El pueblo que pierde su lengua, pierde el vehículo de su cultura, pierde el poder de comunicarse con el mismo código”
Aimé Painé
Nacida el 23 de agosto de 1943 en Ingeniero Huergo, Río Negro, desde muy pequeña sufrió los avatares de su familia cuando fue llevada al hogar de niñas “Saturnino Enrique Unzué” en Mar del Plata, donde sufrió la crueldad de ser discriminada por sus rasgos originarios.
Su vida cambió cuando un matrimonio que visitaba el hogar, descubrió su voz angelical que relucía desde su dormitorio. Encantados con Aimé decidieron iniciar los trámites de adopción, y trasladarla a un colegio religioso como pupila para darle una mejor educación, donde, dentro de otras experiencias, ella sentía emociones profundas al cantar en ocasiones de Semana Santa y Corpus Christi. Algo muy especial se despertaba en su interior.
Años más tarde, cuando regresó a su tierra natal, fue recuperando parte de su historia y se reencontró con su padre, con quien logró un vínculo muy sentido, a pesar de haber vivido distantes durante años y fue con la abuela Domitila que cantaba “tahil” (canto ceremonial) que comprendió las similitudes de los cantos gregorianos con el canto mapuche, comprobando cómo aquella experiencia le resultada tan emocionante por los recuerdos inconscientes de su linaje.
Forjó una personalidad que reunía la dulzura de su voz con la convicción de hacer valer su cultura. Cantó durante años en el Coro Polifónico Nacional siendo muy decisiva esta etapa en su vida, alzando su voz para rescatar, difundir y darle visibilidad a su pueblo Mapuche, su lengua, su cultura, sus valores, su historia.
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Luchó desde el arte para devolverle a su comunidad la dignidad arrebatada. A través de la oralidad y el canto, su carrera tuvo proyección internacional. Recopiló valiosos “tahil” como parte del legado originario que llevó por el mundo. Realizó giras por América y Europa y fue invitada por el Comité Mapuche Exterior para participar en importantes presentaciones internacionales.
En cada espacio donde tuvo oportunidad de compartir su arte, además daba cátedra de antropología (así la describían quienes la conocieron). Con profundo conocimiento y con gran coraje se animó a cuestionar con convicción la mal llamada “Campaña al Desierto” atendiendo al grabe error que se cometía mencionando a los mapuches en tiempo pasado, insistiendo en que “no eran… son, los mapuches están y la lucha debe hacerse a través de la cultura”.
Estas palabras las expresaba en plena dictadura militar en Argentina, demostrando que nada, ni nadie iba a impedirle llevar adelante su misión en la vida, con la verdad, el amor y la tradición mapuche, buscando la aceptación y el respeto de su gente. Siempre luchaba para generar un cambio de mentalidad en quienes tenían el poder político de tomar decisiones para mejorar la vida de su pueblo y que puedan recibir la indispensable reparación histórica tan necesaria para ser reconocidos.
Esa fue su obra hasta que la sorprendió la muerte en Paraguay el 10 de septiembre de 1987, sin embargo, su legado sigue vivo, y hay un camino abierto hacia la verdad, que ella supo construir con la admirable sabiduría mapuche.
“Más que cantante, soy una difusora de las costumbres de nuestro pueblo, cantar puede ser la excusa para hacerlo, Éste fue siempre el objetivo”
Aimé Painé.
Por María Eugenia Alvear
Profesora de Historia