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Pacheco y la sinfonía de la Pampa Húmeda

Músico, escritor y explorador incansable, Javier “Pacheco” Orellano se encuentra en la naturaleza de la región pampeana su mayor fuente de inspiración. Con Los Duendes del Rancherío y su pluma, rinde homenaje a su tierra, mientras reflexiona sobre el vínculo entre el hombre, el paisaje y las historias que nos conectan con nuestras raíces.

Javier Orellano, conocido como “Pacheco”, es un músico y escritor apasionado juninense, cuya obra refleja una conexión profunda con la naturaleza y los paisajes de la región pampeana. Autor de varias obras literarias, entre ellas la fábula La Gota de Agua, fusiona su arte con una constante reflexión sobre la vida y los elementos naturales que lo rodean.

Actualmente lidera “Los Duendes del Rancherío”, una banda de estilo folk, inspirado en la esencia de la Pampa Húmeda. Su música, con descripciones sobre animales, personajes y la naturaleza, está impregnada de ese amor profundo por su tierra.

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“Me siento el hijo de mis canciones y no el padre, porque ellas conocen mejor que yo los laboratorios que hay en el subconsciente. Entonces cuando me siento del otro lado de la mesa me leo y me voy conociendo, me escucho y me voy conociendo”, dice.

Javier Orellano es músico y escritor.

Una de las experiencias que marcó su vida fue una excursión por el río Salado en una balsa armada con una goma de camión, que refleja su espíritu explorador y su constante búsqueda de nuevas formas de conectar con la naturaleza. Esta experiencia, además de su vínculo con su región, también refleja su necesidad de comprender el mundo a través de una exploración constante, que va más allá de la música y la escritura.

Para Pacheco, la naturaleza no es solo un escenario, sino una fuente constante de inspiración y aprendizaje. Como él mismo menciona, siempre fue un estudiante, dispuesto a aprender y absorber todas las lecciones que la tierra y sus historias pudieran ofrecerle.

La conexión con el agua, especialmente con el río Salado, ocupa un lugar muy especial en su vida. Esta vivencia lo llevó a explorar no solo la geografía de su entorno, sino también a entender la cultura, las costumbres y los códigos que existieron antes que él. Desde su infancia, cuando pescaba en el río y se adentraba en la naturaleza, hasta sus exploraciones en solitario, Pacheco ha cultivado una mirada profunda y sensible sobre el lugar que habita.

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El vínculo que establece entre su música y la naturaleza es casi simbiótico. Cada experiencia, cada excursión y cada viaje, se traduce en nuevas composiciones que exploran la identidad de su tierra y la conexión entre los seres humanos y el entorno. Por ejemplo, su experiencia con la fauna en la Laguna de los Patos, donde el vuelo de las aves lo impactó profundamente, es un reflejo claro de esa conexión con lo natural, que también es un hilo conductor en su obra.

Además, Pacheco aborda la cuestión del conocimiento de la tierra desde una perspectiva crítica hacia la educación formal, destacando que, en muchos casos, los habitantes de la región no están suficientemente conectados con la sabiduría autóctona y la historia local. Para él, la conexión con la naturaleza es fundamental y debe ser vivida y entendida, no solo leída en los libros.

Con su música y sus viajes, Pacheco ha logrado transmitir un mensaje profundo sobre la importancia de conectar con la tierra, aprender de ella y comprender su rol dentro de un ecosistema más grande. En su obra, la naturaleza no es solo un tema, sino un protagonista fundamental que guía su exploración artística y espiritual.