En medio de una prolongada sequía de casi 20 días, las lluvias pronosticadas para esta semana se convierten en factores determinantes. Expertos agrónomos analizan el impacto en los rendimientos, destacando la crítica situación de la napa freática y la necesidad urgente de precipitaciones. La incertidumbre se cierne sobre los cultivos tardíos, mientras los productores afrontan desafíos financieros tras inversiones no correspondidas en las expectativas de la campaña.
Las esperadas lluvias que se pronostican para esta semana van a ser protagonistas decisivas para este momento crítico de definición de los rindes de los cultivos de soja y de maíz, dentro de una película se sequía de casi 20 días sin precipitaciones. Las últimas lluvias registradas en Junín y alrededores fueron del 16 de enero con acumulados de 15 a 30 milímetros según la zona.
Para Javier Alasia, productor agropecuario de la zona de Saforcada e ingeniero agrónomo, los maíces temprano pueden generar alguna diferencia positiva en el rinde porque ya se encuentran en pleno llenado de granos. “Las raíces profundizaron bien, independiente del agua de lluvia. La soja está más complicada porque está en el periodo crítico de llenado de granos en R5. La soja que se sembró a fin de octubre es la más castigada”, explica.
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Para todos los cultivos tardíos o de segunda las lluvias van a hacer que muchos no se pierdan, pero queda mucho tiempo posterior para su definición en rendimiento explican desde la Asociación de Ingenieros Agrónomos de Junín (AIAJ). Para alcanzar rindes buenos debería seguir lloviendo durante febrero y principio de marzo al menos 100 milímetros acumulados.
“El perfil está detonado. Tenemos la napa a cinco metros y medio, cuando lo normal es estar a dos metros y medio o tres. Depende muchísimo del agua de lluvia, y en enero llovió sólo 85 milímetros. Está evapotraspirando 4 o 5 milímetros por día”, continúa Alasia.
Otro de los especialistas, el ingeniero agrónomo, y jefe del INTA Junín, Alejandro Signorelli explica que “la falta de agua, los vientos excesivos y las olas de calor, van generando por un lado un complejo de estrés hídrico que eso va a afectar directamente al rendimiento. Veníamos con muy buenas expectativas, pero bueno, tampoco tenemos un panorama de lluvia para la próxima semana que pueda aliviar, así que esperemos que no sea tan grave esto”.
Las lluvias, aunque pocas, que se vislumbran en estos días pueden asentar muy bien a los cultivos de segunda, como es el caso de los maíces de segunda que florecen alrededor del 15 de febrero. “La soja de primera no creo que se recupere en su mayoría. Sí hay zonas, donde llovió más, que están mejor, sobre todo para el lado de Agustina y Tiburcio. Cuando hay escasez, se hacen sentir el diferencial de agua de lluvia”, dice Alasia.
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“El problema como productor es que venimos golpeados y con deudas atrasadas de la campaña pasada. Estábamos apostando a que esta campaña nos iba a ir mejor y obviamente, no es lo que va a pasar”, sintetiza.
Para Hernán Rivero, ingeniero agrónomo, asesor en distintos campos de la zona, las lluvias de la primera quincena de enero “vinieron muy bien y a ese momento todos los cultivos se observaban de muy buenos a excelentes. A ese mismo momento las reservas en el perfil seguían siendo nulas (sin registros pluviométricos de importancia para cumular agua en el perfil de suelo). Lo que sucedía hasta ese día eran lluvias de bajos milímetros que cubrían los requerimientos mínimos que demandaban los cultivos”.
Según Rivero, “los síntomas de stress hídrico y el desmejoramiento de los cultivos comenzaron a aparecer a partir del 20 de enero. Primero en los cultivos de peores ambientes y en aquellos que tenían un cultivo previo en su rotación. Con el paso de los días, sin registro de lluvias nuevos y con las crecientes temperaturas, el desmejoramiento de los cultivos se fue generalizando aceleradamente”.
La situación actual es agobiante para todos los cultivos coinciden todos los especialistas. “Los más afectados hasta el día de hoy son los cultivos de segunda o los de siembra tardía. Los maíces sembrados en fin de septiembre o los primeros días de octubre hoy son los que mejor se ven. Van a perder algo de rinde, pero con la foto de hoy son maíces que se van a cosechar con un rinde aceptable (7000/8000 kg/ha). El resto de los maíces, tardíos o de segunda fecha de siembra, son una incertidumbre total con respecto al rinde esperado. Y si no llueve esta semana mucho de ellos se van a perder en su totalidad”, explica Rivero.
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Con respecto a la soja, las fechas de siembra tempranas (últimos 5 días de octubre y los primeros 15 días de noviembre) están bastante bien, soportando las altas temperaturas y la falta de lluvias, aunque día a día sufren una desmejora en su estado comenzando a disminuir su rinde potencial. “Pero en estos cultivos todavía se espera cosechar algo”, dice Rivero. “Los cultivos de soja de segunda son los más afectados en la situación van a ser los más afectados si no se registran precipitaciones en lo inmediato. Estos cultivos de segunda vienen de trigo afectados por sequía y/o heladas con rendimientos mayores a los obtenidos el año pasado (peor año productivo para el trigo en nuestra zona) pero muy por debajo de los esperado para el trigo en años normales (2000 vs 5000 kg/ha respectivamente)”.
Según los pronósticos climáticos elaborados por el INTA, con respecto a las lluvias no se vislumbran precipitaciones en abundancia hasta este martes o miércoles. “Habrá que esperar una semana, pero todo va a depender un poco de los vientos, de la humedad que haya y de la presión atmosférica que vayan generando condiciones predisponentes para que se generen tormentas y lluvias en la zona”, explica Signorelli.
“Lo que sí estamos viendo es que antes había más frecuencia de precipitaciones, de menor intensidad, y hoy cada vez se están espaciando estos eventos”, explicó el jefe del INTA Junín.
Los pronósticos climáticos en general a comienzo de campaña exponían que volvían las precipitaciones, que no iba a ser la como la campaña pasada, pero la escases de lluvias de las últimas semanas sumadas a las altas temperaturas registradas están dejando lotes igualmente afectados como los vistos en la campaña pasada. Esto nadie lo esperaba.