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El futuro de la medicina regenerativa: la Innovación desde el interior del país

Desde Junín, Laura Alaniz lidera una startup biotecnológica que busca transformar descubrimientos científicos en terapias celulares innovadoras. Con el foco en la medicina regenerativa, su trabajo promete revolucionar la salud al ofrecer soluciones seguras y efectivas para regenerar tejidos y órganos dañados.

La medicina regenerativa se encuentra en la vanguardia de los avances médicos del siglo XXI, con un potencial transformador que promete revolucionar la forma en que enfrentamos enfermedades y lesiones. Dentro de este movimiento se encuentra la doctora Laura Alaniz, investigadora del CONICET y directora ejecutiva de la startup biotecnológica MesencHyal-T S.A., dedicada al desarrollo de terapias celulares avanzadas.

 

Además como científica es integrante del Centro de Investigaciones Básicas y Aplicadas de la UNNOBA (CIBA), donde se dedica a convertir descubrimientos científicos en soluciones tangibles para mejorar la calidad de vida. Dentro de este centro es directora de investigación del Laboratorio de Microambiente Tumoral.

En el CIBA, Alaníz tiene becarios e investigadores a su cargo.

Laura Alaniz comenzó su camino como investigadora motivada por un objetivo claro: encontrar soluciones para problemas médicos complejos y trasladarlas desde el laboratorio al paciente. “Siempre buscamos mejorar la vida de las personas. Eso es lo que nos impulsa. Pero para que los descubrimientos lleguen al paciente, es necesario un desarrollo aprobado por las agencias reguladoras y que sea comercializable. De lo contrario, todo queda en un nicho de investigación”, señala con pasión.

¿Qué es la medicina regenerativa?

En palabras de Alaniz, la medicina regenerativa es una disciplina que aprovecha el poder del cuerpo para curarse a sí mismo. Esto incluye el uso de células madre, terapias genéticas y otras herramientas para reparar o reemplazar tejidos y órganos dañados. “El objetivo es regenerar tejidos dañados e incluso órganos. Aunque algunas ideas parecían ciencia ficción hace unos años, hoy estamos más cerca de hacerlas realidad”, afirma.

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El potencial de estas terapias es enorme. Desde regenerar huesos hasta restaurar tejidos en quemaduras de tercer grado o incluso mejorar la visión en casos de degeneración macular. “Son avances que impactan porque abordan patologías que antes no podían curarse y, en algunos casos, ofrecen soluciones definitivas”, explica Alaniz.

A pesar de las dificultades que implica desarrollar una startup en Argentina y especialmente en el interior del país, Alaniz lidera un equipo apasionado que busca abrir nuevos caminos.

Junín como semillero de innovación

A pesar de las dificultades que implica desarrollar una startup en Argentina y especialmente en el interior del país, Alaniz lidera un equipo apasionado que busca abrir nuevos caminos. Su empresa se enfoca en terapias celulares innovadoras, como el uso de células madre mesenquimales (CMM) combinadas con ácido hialurónico, una molécula reconocida por su capacidad regenerativa. Este desarrollo apunta a tratar lesiones óseas críticas y podría tener aplicaciones futuras en múltiples enfermedades.

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“Es emocionante ver cómo alguien que estudió biotecnología en Junín ahora forma parte de nuestra startup. También trabajamos con médicos traumatólogos para llevar estas terapias al campo práctico”, relata.

Responsabilidad en un campo en crecimiento

La proliferación de terapias celulares no reguladas en América Latina llevó a Alaniz y su equipo a priorizar el desarrollo de tratamientos seguros y avalados científicamente. “La FDA advirtió en 2019 sobre el uso indiscriminado de estas terapias, que causaron complicaciones graves en algunos pacientes. Por eso, buscamos que en nuestra región se acceda a tratamientos confiables y éticos”, destaca.

“Es emocionante ver cómo alguien que estudió biotecnología en Junín ahora forma parte de nuestra startup. También trabajamos con médicos traumatólogos para llevar estas terapias al campo práctico”, relata.

Alaniz insiste en que la medicina regenerativa debe ser manejada con responsabilidad. Aunque las células madre tienen un gran potencial, su uso indebido puede ser perjudicial. “No todo se puede curar con células madre. Es fundamental trabajar junto con los médicos para determinar cuándo y cómo aplicarlas”, remarca.

El futuro de la medicina regenerativa

Con una perspectiva optimista, Alaniz imagina un futuro donde estas terapias forman parte del arsenal cotidiano de los médicos. “En 10 años, espero que estas tecnologías sean herramientas más accesibles y ampliamente utilizadas, no solo en Estados Unidos, sino también en Argentina y Latinoamérica. Tenemos el talento científico, pero necesitamos más inversión para concretar el potencial”, reflexiona.

El camino no es fácil, pero Laura Alaniz lo recorre con determinación, llevando el nombre de Junín al frente de la innovación científica. Para ella, la medicina regenerativa no es solo un campo de estudio, sino una misión: transformar la ciencia en esperanza y calidad de vida.