A 175 años de su paso a la inmortalidad, el legado de José de San Martín sigue iluminando la historia argentina y latinoamericana. Sus gestas libertadoras, sus valores humanistas y las Máximas que dejó a su hija Merceditas trascienden el tiempo como guía ética y ejemplo de grandeza, humildad y perseverancia.
El Héroe magno de la libertad, como se expresa en el Himno compuesto por los autores Arturo Luzzatti (música) y Segundo Argañaraz (letra), había decidido su exilio en 1824, cuando emprendió el viaje rumbo a Europa, luego de haber liberado del yugo español a los pueblos americanos que hoy honran su memoria en Chile, en Perú y en nuestra amada Argentina.
Lejos de su tierra natal Yapeyú, donde su madre dio a luz aquel 25 de febrero de 1778, del otro lado del océano en Francia, precisamente en la localidad de Boulogne-sur Mer, fue donde terminó sus días con estoica resignación, en el refugio de su familia, acompañado incondicionalmente por su hija, y coronado de gloria como el Libertador de América.

En su tumba la leyenda grabada decía: “Tan buen Padre como Gran General. Su Familia y su Patria le lloran.”
Este año se conmemora el Bicentenario de las Máximas escritas por San Martín para Merceditas, su adorada hija, fruto del amor con Remedios de Escalada. Las Máximas brotaron de su profundo sentido humanista y constituyen no sólo consignas para la educación de su hija, bien podemos considerarlas un ABC para la vida.
María Remedios del Valle: la Madre de la Patria y su legado Afro-Argentino
Cada una de ellas implica un valor, en cada palabra se plasma la sabiduría de un hombre que ha vivido vehementemente, que nos ha legado la libertad tan anhelada y buscada tenazmente por tantos otros héroes de la Patria como Manuel Belgrano y Martín Miguel de Güemes.
En la docena de Máximas expresadas de forma clara y contundente podemos percibir su esencia, su pensamiento, sus anhelos, sus profundos deseos, las Máximas conforman una herramienta pedagógica, son un bagaje indispensable para desarrollar una vida con dignidad. Felizmente han trascendido el devenir histórico y hoy podemos continuar con su difusión, inculcando sus principios.
Fiel a sus valores, Don José Francisco de San Martín y Matorras, sostuvo siempre el temple de un hombre de bien, con destacada humildad, un estratega extraordinario, a pesar de las adversidades, no abandonó jamás sus convicciones, con su grandeza y perseverancia constantes, supo así vislumbrar el sueño de ver a su patria libre.
En su rol como Gobernador de Cuyo logró resolver todo tipo de inconvenientes, fueran o no directamente relacionados con su osado plan de cruzar la Cordillera de los Andes, mostrando su liderazgo inigualable no sólo con las milicias, recorriendo hábilmente el terreno político donde también debemos destacar sus obras, llevando a cabo una gestión de gobierno cuyas características fueron la honestidad, la eficiencia y la equidad.

Su trato con el pueblo cuyano, generó una unidad sin par entre ellos, vínculo de respeto y admiración mutua que él manifestó en reiteradas ocasiones.
Entre quienes lo acompañaron en la organización del plan continental, además de sus admirables Granaderos, se encontraban expertos conocedores de la geografía andina que pertenecían a las comunidades de los pueblos originarios como los Huarpes, gauchos voluntarios con vasta experiencia, esclavos libertos, milicianos no sólo de Mendoza y aguerridas mujeres como Martina Chapanay, hija de un líder huarpe, que oficiaba de chasqui, Pascuala Meneses una criolla de gran valentía y Josefa Tenorio de origen afroamericano quien tuvo el honor de ser la abanderada del Ejército de los Andes.
En una de sus cartas enviadas a su fiel colaborador Tomás Godoy Cruz, San Martín escribió en momentos previos al inicio del Cruce: ¡Ya estamos en capilla para nuestra expedición! Por esto puede calcularse como estará mi triste y estúpida cabeza. Basta decir: que para moverme necesito trece mil mulas, que todo es preciso proveerlo sin un real. ¡Pero estamos en la inmortal provincia de Cuyo, y todo se hace! No hay voces, no hay palabras para expresar lo que son estos habitantes”.
En palabras del Doctor Jorge Gabriel Olarte, Miembro de Número de la Academia Sanmartiniana: “Al
General San Martín no hay que interpretarlo, hay que conocerlo”…
Este debe ser nuestro objetivo, redoblemos el énfasis y las intenciones de llevar adelante la difusión y el
conocimiento de la vida y obra del Padre de la Patria, y no únicamente en cada acto solemne, es tarea de todos los ciudadanos con fervor patriótico sostener vivo el legado sanmartiniano, honremos su memoria hoy y siempre, como reconocimiento a su entrega, su lucha, sus ejemplos como hombre, como padre, como Libertador de América.