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El precio del ternero sigue en alza y el maíz presiona la relación del novillito

Agosto dejó nuevas subas en la invernada y en el consumo, aunque el encarecimiento del maíz en pesos deterioró la ecuación de los feedlots. El asado, mientras tanto, se mantiene estable en góndola.

El mercado ganadero cerró agosto con indicadores que muestran tanto firmeza como tensión en la cadena. Por tercer mes consecutivo, el precio del ternero se movió al alza, con una suba del 2,2% mensual que lo llevó a los $3.842 por kilo en pie. En lo que va del 2025, esta categoría acumula un incremento del 26%, reflejo de la sostenida demanda de invernada.

En paralelo, el novillito también mostró una recuperación: aumentó $78 en el último mes, equivalente a un 2,6%, para ubicarse en los $3.056 por kilo en pie. Este ajuste se mantuvo incluso por encima de la inflación proyectada para agosto, lo que marca cierta fortaleza en el consumo.

La relación de precios entre ternero y novillito se mantuvo en 1,25, muy cerca del promedio de los últimos seis meses. Esto significa que, a pesar de las subas, ambos productos se movieron en sintonía, sin alterar demasiado los márgenes relativos entre recría y engorde.

Distinto fue el panorama frente al cereal. El encarecimiento del maíz en pesos, producto de la suba del tipo de cambio, golpeó la competitividad de los corrales. La relación novillito/maíz cayó un 4% en el mes, ubicándose en 13,8 kilos de maíz por cada kilo de novillito. Esta pérdida de poder de compra complica la ecuación de los feedlots en plena etapa de encierre.

Soja en alza y maíz presionado: el mercado de granos busca su equilibrio

Por su parte, el precio del asado se mantuvo estable por segundo mes consecutivo, con apenas un 0,1% de variación en agosto. De todas formas, en los últimos doce meses acumula un incremento del 65%, un salto que refleja la tensión de fondo entre producción, consumo interno e inflación general.

En síntesis, agosto mostró un mercado ganadero sostenido en precios de invernada y consumo, pero con márgenes de engorde presionados por el maíz y con un consumidor que, por ahora, no convalida nuevos aumentos en el mostrador.