La campaña agrícola 2024/25 se proyecta con una mejora de 8,3 millones de toneladas respecto al ciclo anterior, gracias al impulso del maíz, el trigo y el girasol. La soja, en cambio, perdería área y producción, en un escenario internacional estable pero con ajustes en la oleaginosa.
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) difundió su última estimación para la campaña agrícola 2024/25 y los números muestran una mejora significativa respecto del ciclo previo. El repunte estaría impulsado por incrementos en la producción de maíz, trigo y girasol, lo que permitiría ubicar la cosecha total 8,3 millones de toneladas por encima de la campaña anterior.

Soja: menos área y caída productiva
El informe advierte que, pese a la recuperación general, la soja marcaría una contracara. Las proyecciones preliminares indican una reducción del 8% en el área sembrada, lo que recortaría la producción en 3 millones de toneladas, hasta ubicarse en torno a 47 Mt.

Maíz: el motor de la mejora
El gran protagonista del ciclo sería el maíz, con un área de siembra que se estima 17% superior a la del año pasado. De confirmarse las proyecciones, la producción treparía a más de 60 millones de toneladas, lo que representaría un crecimiento interanual del 22%.
Panorama internacional
En el plano global, el USDA mantuvo prácticamente sin cambios su estimación de producción de granos. El organismo proyecta una cosecha mundial de 1.287 Mt, con una variación mensual mínima (+0,1%). Al mismo tiempo, la demanda global mostró un leve incremento.
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Para la soja, en cambio, el informe de septiembre del USDA recortó la producción mundial en 0,5 Mt, hasta 425,9 Mt. También ajustó a la baja la demanda estimada, lo que derivó en menores stocks finales respecto al mes anterior (-0,3%).
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Un ciclo que genera expectativas
La campaña 2024/25 se perfila con contrastes: mientras el maíz aparece como el gran motor del repunte, la soja podría volver a ceder protagonismo. En un contexto internacional que se mantiene estable pero con señales de ajuste en la oleaginosa, los productores locales siguen de cerca los pronósticos y la evolución climática, que será determinante para confirmar o corregir estas proyecciones iniciales.