Fernando Bongiorno, periodista y fundador de Junín 24, habla sobre los desafíos de informar en tiempo real. Una comunidad con ciudadanos empoderados, es una ciudad con voces propias que construyen un relato colectivo. En eso anda el callejero de Bongiorno.
“Podés planificar una conferencia de prensa, una actividad comunitaria, o la llegada de un político. Pero no podés planificar un accidente de tránsito o un delito”, comenta el periodista y fundador de Junín 24, Fernando Bongiorno. Su portal aplica a la información el ritmo que impone la gran mayoría de las veces aquello que se resume como “La Calle”.
Entrevistado en el podcast Estamos Rodeados, Bongiorno habló sobre los desafíos de planificar y cubrir noticias en tiempo real, en un contexto de inmediatez de información en la era de las redes sociales. En ese lío su medio ha sabido posicionarse en la ciudad de Junín.
Según Bongiorno, contar lo que sucede en el momento es un reto que involucra no solo rapidez, sino también respeto por las personas implicadas. “Trabajamos en una frontera muy fina, con el respeto entre el accidentado, el paramédico, el policía y nosotros, que estamos del otro lado, contando la noticia”, explica.
La clave para un periodista de calle, como Fernando Bongiorno y su equipo integrado además por otros periodistas de trayectoria, es la inmediatez y la cercanía a los hechos. Estar atento a lo que sucede en la ciudad, siempre en movimiento para capturar las noticias en pleno desarrollo. Algo así como llegar a los hechos cuando el otro recién está pensando en salir.
Desde sus inicios, Junín 24 fue comparado con medios como Crónica, por su estilo crudo y directo. “La gente dice que somos el Crónica de Junín. Aunque esa comparación se ha ido perdiendo, me parece acertada en cuanto a la inmediatez y la forma en que cubrimos las noticias”, confiesa Bongiorno.
La idea de crear un portal de noticias local nació muchos años antes de que Junín 24 viera la luz en 2011. Bongiorno rememora sus días de estudiante en la escuela de periodismo TEA, en Buenos Aires, donde surgió el germen de lo que luego sería su proyecto. “Yo quería hacer una revista semanal que fuera llamativa, disruptiva”, cuenta, al recordar cómo bocetaba en disquetes sus primeras ideas gráficas. Con el tiempo, esas ideas evolucionaron hasta convertirse en el medio digital que hoy dirige.
La explosión del portal ocurrió en marzo de 2013, durante un trágico episodio: el asesinato de Karen Campos, la joven de Junín asesinada mientras atendía un quiosco. “Junín 24 nació con una muerte”, afirma Bongiorno, al recordar cómo ese hecho violento que enfureció a toda la comunidad transformó la plataforma de un proyecto incipiente a un medio masivo. Las visitas al sitio aumentaron exponencialmente, y desde entonces, Junín 24 no ha dejado de crecer.
En cuanto a la clave del éxito del portal, Bongiorno señala dos aspectos fundamentales: la inmediatez y la participación ciudadana. “A la gente le interesa saber qué está pasando cuando está pasando, cómo está pasando y por qué está pasando, pero al instante”, asegura. Y a esto se suma la interacción constante con los vecinos, quienes muchas veces son una fuente clave de información. “Tenemos mucha participación social. Nos llegan fotos y videos de la gente, y eso es parte de lo que nos ha hecho distintos”, explica.
Sin embargo, no todo es sencillo en el mundo de las noticias en tiempo real. Bongiorno recuerda con pesar algunos errores que cometió en sus primeros años, como el de informar sobre un suicidio sin que la familia de la víctima estuviera notificada. “El límite es el dolor ajeno”, dice con firmeza, reconociendo que esas experiencias le enseñaron valiosas lecciones sobre la sensibilidad necesaria en su trabajo.
En la era de las redes sociales, los periodistas han sido “bajados del pedestal”, según Bongiorno. “La gente ya no nos ve como figuras inmaculadas. Ahora el vecino que está ahí puede desmentirte en el acto si vio algo diferente a lo que vos contaste”, comenta.
El futuro de Junín 24 es incierto en cuanto a los contenidos, pero no en cuanto a su espíritu. Bongiorno se imagina siguiendo en la calle, generando nuevas formas de comunicar y, sobre todo, adaptándose a los tiempos. “Si me alejo de la comunicación y el periodismo, voy a tener que pensar en trabajar en serio”, bromea.