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Andrés Moutous: El legado de una familia ganadera y la visión de un dirigente rural

El productor agropecuario, ingeniero agrónomo y presidente de la Sociedad Rural de Junín comparte su historia familiar, su visión sobre los desafíos del sector ganadero y la importancia de fortalecer el vínculo entre el campo y la comunidad.

Junín es una ciudad donde la cultura agropecuaria tiene profundas raíces. Entre los nombres que representan este vínculo con el campo se encuentra Andrés Moutous, productor agropecuario, ingeniero agrónomo y presidente de la Sociedad Rural de Junín, quien a lo largo de su carrera ha destacado por su compromiso con el sector ganadero y su interés por fortalecer la voz de los productores en la comunidad.

De familia relacionada directamente a lo agropecuario, con campos primero en Pehuajó y luego en el norte de Santa Fe, es hijo de un ingeniero agrónomo, Jorge Moutous, también reconocido en la zona.

Para Moutous, el camino en el sector agropecuario comenzó mucho antes de que él naciera. La tradición ganadera viene de varias generaciones atrás, siendo su abuela uno de los pilares que marcaron el destino de la familia. “Nuestra familia siempre fue de productores agropecuarios, y básicamente ganaderos”, cuenta. El legado viene de Pehuajó, donde su bisabuelo tenía un campo en la estación Curarú. Sin embargo, la vida les llevó a mudarse al norte, a Santa Fe, en Calchaquí.

La raza Brangus, de la cabaña de los Moutous, es característica del norte argentino.

A partir de allí, su abuela tomó las riendas de la producción. “Mi abuela se hizo cargo con apenas veintipico de años, después de que mi bisabuelo falleciera”, recuerda Moutous. Fue así como la familia se estableció en Santa Fe, y allí comenzó una nueva etapa. Su padre Jorge Moutous continuó la tradición, al igual que Andrés, quien, aunque nacido en Junín, también se formó como agrónomo.

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Hace unos doce años, él y su familia decidieron volver a gestionar el campo en el norte de Santa Fe. En 2007, iniciaron un proyecto de cabaña de reproductores de Brangus en esa región, que con el tiempo se convirtió en el corazón de su producción. La pasión de Andrés por el trabajo que realiza se siente en cada una de sus palabras. “Me gusta lo que hago, es una elección, no una imposición”, afirma, evidenciando el lazo personal y profesional que lo une al sector agropecuario.

Agricultura y ganadería: una relación con tiempos y desafíos distintos

A lo largo de los años, Andrés ha experimentado de cerca la diferencia entre la producción agrícola y la ganadera, dos actividades que conviven en el campo argentino pero que tienen características y ciclos muy distintos. “La agricultura ha avanzado tecnológicamente mucho más rápido que la ganadería”, observa. Para él, la diferencia se debe en parte a las políticas que han afectado al sector ganadero, pero también a las limitaciones propias del trabajo con animales, especialmente en zonas alejadas de los centros urbanos.

La ganadería es una pasión para Moutous.

En la región norte de Santa Fe, donde tiene su campo, la infraestructura representa un desafío constante. “Mover hacienda en caminos de tierra o encontrar señal de teléfono a decenas de kilómetros es un problema que limita el desarrollo”, explica. Esta realidad complica la logística y eleva los costos, lo cual impacta directamente en los márgenes de ganancia del sector.

La ganadería, dice Andrés, es una actividad que se proyecta a largo plazo. No se puede pensar en un retorno de inversión en pocos años, ya que los ciclos de producción requieren tiempo y paciencia. “Un proyecto ganadero necesita al menos cinco o seis años para empezar a ver resultados”, indica. Sin embargo, en un país donde las políticas económicas y las condiciones del mercado pueden cambiar drásticamente en poco tiempo, este horizonte a largo plazo se vuelve un reto en sí mismo.

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La elección de la raza Brangus: adaptación y calidad

Moutous y su familia decidieron especializarse en la producción de la raza Brangus, una elección que no fue al azar. Esta raza sintética combina la fortaleza de las razas británicas e índicas, ofreciendo una adaptabilidad destacable a las condiciones de clima y suelo del norte de Santa Fe. Para Moutous, esta resistencia es una ventaja fundamental en un contexto donde los campos menos productivos para la agricultura suelen ser destinados a la ganadería.

Creo que es importante participar en las instituciones. Yo estaba en la primera Comisión Directiva de la Sociedad Rural cuando tenía 19 años”.

“La Brangus se adapta a pastos de menor calidad y soporta climas más duros”, afirma. Además, enfatiza que la calidad de la carne es equiparable a la de otras razas tradicionales de carne en Argentina. En un mercado donde la calidad es clave, el enfoque de Andrés busca responder tanto a las necesidades del consumidor como a las limitaciones del ambiente en el que produce.

La percepción del productor agropecuario en la sociedad

En los últimos años, el productor agropecuario ha enfrentado una percepción que muchas veces lo ubica en un lugar distinto al del resto de la sociedad. Moutous reconoce que, en ciertos momentos, esta imagen ha sido motivo de prejuicio y malentendidos. “Nosotros somos parte de la sociedad, vamos a los mismos lugares, y no somos distintos de un productor industrial o textil”, sostiene. Para él, el sector agropecuario es una pieza más en la cadena de producción y su rol debería ser valorado en ese contexto.

Este sentimiento de pertenencia y la importancia de mejorar la relación con la sociedad en general también han influido en su rol dentro de la Sociedad Rural de Junín. Desde joven, ha participado en la institución, con la convicción de que la unión entre los productores es fundamental para enfrentar los desafíos comunes y mejorar la percepción pública del sector.

Un liderazgo comprometido con la comunidad

La labor de Moutous en la Sociedad Rural es una extensión de su compromiso con el sector agropecuario y la comunidad en la que vive. “Creo que es importante participar en las instituciones. Yo estaba en la primera Comisión Directiva de la Sociedad Rural cuando tenía 19 años”, cuenta. Desde entonces, ha ocupado diversos roles en la organización, siempre con la idea de trabajar en equipo y de promover la sucesión de liderazgos.

“No veo mal que un dirigente agropecuario pase a la política, si realmente quiere representar al sector y colaborar con la comunidad”.

Para él, uno de los aspectos más importantes de su rol es fomentar el recambio generacional. “Uno ocupa un espacio de forma temporal, y luego debe dejar el lugar a otros”, asegura. Esta visión de liderazgo, en la que la responsabilidad se comparte y se transmite, marca la diferencia en un contexto donde muchas veces el acceso a los puestos de decisión es limitado.

Política y agro: una relación natural pero desafiante

Uno de los temas inevitables al hablar de liderazgo en el sector agropecuario es la relación con la política. En Argentina, donde la actividad agrícola y ganadera está directamente influenciada por las políticas gubernamentales, el vínculo entre dirigentes rurales y política suele ser estrecho. Sin embargo, Moutous se muestra cauto. “No veo mal que un dirigente agropecuario pase a la política, si realmente quiere representar al sector y colaborar con la comunidad”, explica, aunque aclara que este no sería su caso.

Sembrando futuro: reflexiones de un productor agropecuario con visión de ingeniero

Para él, el compromiso con el agro y con la sociedad no necesariamente implica una carrera política. Su rol en la Sociedad Rural y su trabajo como productor son las formas en las que elige contribuir y hacer escuchar la voz del sector. Aun así, reconoce que para algunos colegas este paso es natural y puede ser una forma válida de incidir en las decisiones que afectan al campo.

La visión de futuro y los retos por delante

Mirando al futuro, Andrés Moutous observa que el sector agropecuario, y en especial la ganadería, enfrentará grandes desafíos y oportunidades. La tecnología y la innovación seguirán siendo claves, aunque la infraestructura y las políticas de apoyo también deberán mejorar. Para él, la ganadería en Argentina tiene un potencial enorme, pero su desarrollo depende de las condiciones que se generen a nivel nacional.

Mientras tanto, él sigue trabajando en su campo, comprometido con el legado familiar y con su responsabilidad como dirigente. La historia de Andrés Moutous es un ejemplo de dedicación al trabajo y de la convicción de que, a pesar de las dificultades, el sector agropecuario puede aportar mucho a la sociedad.