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Osvaldo Munafó y la solidaridad como motor

Desde su compromiso con el club Villa Belgrano, del que hoy es presidente, hasta las iniciativas solidarias como la creación de una escuela en la UP 49, Munafó representa a “la vieja escuela” que tiene como espíritu colaborar.

Osvaldo Munafó camina por el barrio de Villa Belgrano en Junín con la naturalidad de quien siente que cada rincón es una parte de su hogar. Nacido y criado en el barrio, este hombre ha dedicado buena parte de su vida a aportar por el bienestar de los demás, marcando un ejemplo de compromiso. Su nombre está íntimamente ligado al club Villa Belgrano, aunque su vocación solidaria trasciende las fronteras de la entidad.

“Siempre sentí que ayudar era algo natural. Cuando uno tiene la posibilidad de tender una mano, no se pregunta por qué, simplemente lo hace”, cuenta Osvaldo. Lugar por donde pasó, lugar donde su paso no fue intrascendente, sea en la Unidad Penitenciaria 49 de Junín donde trabajó para la creación de una escuela o dentro de la Sociedad de Fomento donde luchó junto a los vecinos del barrio de Villa Belgrano por conseguir todos los servicios básicos.

Desde pequeño, Munafo absorbió el amor por Villa Belgrano gracias a su padre, quien dedicó tiempo y esfuerzo como utilero del club.

Siempre sonriente, describe su filosofía de vida como un reflejo de los valores que heredó de su familia. “Mis padres me enseñaron que lo más importante no es lo que uno tiene, sino lo que uno da”.

La pasión por el deporte y el club Villa Belgrano

Villa Belgrano no es solo un club para Osvaldo Munafó; es una extensión de su vida. Desde joven, encontró en el deporte una manera de unir a la gente y crear comunidad. Hoy, como presidente y colaborador incansable, dedica horas a mejorar las instalaciones, organizar actividades y buscar recursos para que los chicos puedan practicar fútbol y otros deportes.

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“El deporte no solo enseña a competir, también fomenta valores como la disciplina, el trabajo en equipo y la solidaridad. Es una herramienta poderosa para formar buenas personas”, explica. Hoy Villa Belgrano ha crecido en infraestructura y en la cantidad de niños y jóvenes que participan de sus actividades.

Osvaldo recuerda con emoción los momentos más significativos en su historia con el club: “Un día organizamos una colecta para comprar botines para los chicos que no tenían. La respuesta de la comunidad fue abrumadora. Ahí me di cuenta de que cuando se pide con el corazón, siempre hay alguien dispuesto a ayudar”.

Además entre otra de sus pasiones está el atletismo, una actividad física que lo lleva a estar entrenando prácticamente todos los días de su vida.

Una red solidaria que nunca descansa

Pero la labor de Osvaldo no se limita al ámbito deportivo. En los últimos años, ha encabezado diversas iniciativas solidarias destinadas a familias necesitadas de Junín, como una participación activa en un merendero Los Chiquititos. Siempre está pensando en cómo poder mejorar en algo la vida de otros.

Puerta de ingreso de la escuela que está dentro de la UP49 que contó con la colaboración de Munafó.

El poder de inspirar a otros

El espíritu colectivo es, para Osvaldo, la clave del éxito de cualquier acción solidaria. Una de sus mayores satisfacciones es ver cómo su ejemplo contagia a otros. “Hay gente joven que se acerca y me dice: ‘Osvaldo, ¿cómo puedo ayudar?’ Eso me llena de energía. Saber que lo que hacemos tiene impacto y motiva a otros es lo más lindo que hay”, afirma.

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En su opinión, la solidaridad no se trata solo de donar bienes materiales, sino también de dedicar tiempo y escuchar. “A veces, lo que la gente necesita es alguien que la escuche, que la entienda. Eso también es ayudar”, reflexiona.

Un legado para Junín

Al hablar del futuro, Osvaldo se muestra optimista. Sueña con una ciudad donde la colaboración sea la norma y no la excepción. “Junín tiene una comunidad muy solidaria. Si seguimos trabajando juntos, podemos lograr cosas maravillosas”, asegura.

Munafó es un incansable hincha de Villa Belgrano.

Con una humildad que conmueve, afirma que no busca reconocimiento. “Lo que importa no es que se acuerden de mí, sino que el trabajo continúe. Lo que hacemos hoy puede cambiar la vida de muchas personas mañana”.

El legado de Osvaldo Munafo es una prueba de cómo el esfuerzo desinteresado puede transformar una comunidad. Su historia es un llamado a la acción, una invitación a mirar más allá de uno mismo y a encontrar en la solidaridad una razón para vivir.