En un contexto de creciente demanda por prácticas agrícolas más responsables con el medio ambiente, los insumos biológicos han dejado de ser una simple alternativa para convertirse en una herramienta clave para complementar las prácticas tradicionales. Desde inoculantes y biofertilizantes hasta bioinsecticidas y fitohormonas, estas soluciones tienen un denominador común: su origen natural.
“Trabajar con biológicas implica usar microorganismos vivos, como bacterias u hongos, que se aplican en el campo sobre las semillas, en el surco o de forma foliar”, explicó Dean Fernández, microbiólogo responsable de I+D en Forbio Argentina. Junto a Fernández, también aportaron sus conocimientos Wenceslao Tejerina, de AgroEstrategias Consultores, y Maximiliano Bordas, socio-fundador de Biológika y miembro de la Chacra Aapresid Bioinnova.
Cuidar el suelo como una clave de inversión para la rentabilidad agropecuaria
Una adopción en crecimiento
El uso de productos biológicos en el agro argentino, aunque todavía incipiente en comparación con otras regiones del mundo, está ganando terreno gracias a los avances científicos y a una mayor difusión de esta tecnología. “En un principio, el debate fue ‘biológicos sí o no’. Hoy, el campo los reconoce como una alternativa complementaria para reducir el uso de productos químicos”, señaló Bordas.
Sin embargo, la adopción masiva enfrenta desafíos importantes, como la necesidad de generar más conocimiento sobre su aplicación y demostrar que productos como el Trichoderma, utilizado como biofungicida, pueden igualar el rendimiento de los químicos tradicionales.
Conocimiento como clave del éxito
El éxito en el uso de productos biológicos depende de factores como las condiciones ambientales, los umbrales de daño y la asesoría técnica. “El productor tiene hoy un abanico de soluciones biológicas. La clave está en contar con el conocimiento adecuado para elegir la mejor opción según el contexto productivo”, destacó Tejerina. Además, resaltó el papel fundamental de instituciones como universidades y el INTA para generar confianza a través de investigaciones que evidencian los beneficios de los biológicos en cultivos extensivos.
Hacia un agro más sustentable
Los biológicos no solo ofrecen una vía para reducir la dependencia de productos químicos, sino que también abren la puerta a un entendimiento más profundo de la dinámica del suelo y la interacción entre raíces y microorganismos. En un contexto de crisis climática, esta tecnología representa una oportunidad para mejorar la productividad de los cultivos mediante manejos más sustentables, adaptados a los desafíos actuales.
El camino hacia un agro más sustentable no solo pasa por incorporar nuevas tecnologías, sino también por transformar la manera en que producimos, demostrando que la innovación puede ir de la mano con el respeto por la naturaleza.