Los valores siguen altos en términos interanuales. La faena crece, el consumo interno repunta levemente y las exportaciones siguen en retroceso por la pérdida de competitividad frente a países vecinos.
El mercado ganadero mostró señales mixtas en las últimas semanas. En mayo, el precio del ternero registró una baja del 3%, lo que equivale a una caída de 105 pesos por kilo. Sin embargo, cuando se analiza el comportamiento en los últimos doce meses, el aumento acumulado alcanza el 69%, muy por encima del índice de inflación general, lo que evidencia un fuerte encarecimiento del ternero en términos reales.

También el precio del novillito tuvo una leve corrección negativa durante mayo, con una baja de $14 por kilo, equivalente al 0,5%. En términos interanuales, el incremento fue del 47,7%, lo que indica que, si bien subió, lo hizo a un ritmo más moderado, manteniéndose relativamente estable frente a la inflación.
Por el lado del consumo, el precio del asado aumentó en abril un 2,2%, por debajo del índice de precios al consumidor, que marcó un 2,8% en el mismo mes. De este modo, se interrumpe una tendencia que venía desde enero de 2025, donde el asado se posicionaba sistemáticamente por encima del ritmo inflacionario.
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Maíz, relación de precios y señales de alerta
Mientras el precio del novillito bajó, el valor del maíz —insumo clave en los sistemas de engorde a corral— se mantuvo estable en pesos. Esto afectó la relación de precios entre ambas variables: en mayo, se necesitaron 13,9 kilos de maíz para comprar un kilo de novillito, un 12% menos que el mes anterior. Esta relación es relevante para evaluar la rentabilidad de los feedlots, que podrían ver deteriorados sus márgenes si esta tendencia se mantiene.
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Faena, producción y participación de hembras
En abril, se faenaron 1,12 millones de cabezas de ganado bovino, lo que representa un aumento de casi 100 mil animales respecto a marzo y de 44 mil en comparación con abril de 2024. La actividad industrial retomó así un ritmo ascendente.
Un dato que genera cierta preocupación es el crecimiento en la participación de hembras en la faena, que alcanzó el 48,1% en abril, con un salto mensual del 5%. Este es el valor más alto desde noviembre de 2024 y podría estar indicando señales de liquidación de vientres, lo cual comprometería el stock ganadero a futuro.
En cuanto a la producción, se elaboraron 257 mil toneladas de res con hueso en abril, lo que representa un aumento del 5,7% respecto del mismo mes del año anterior. A pesar de la recuperación, el volumen sigue apenas por debajo del promedio de los últimos 12 meses.
Consumo interno y exportaciones
El consumo de carne bovina mostró una leve mejora. El promedio móvil a 12 meses alcanzó los 49,5 kg por persona, lo que representa una suba del 0,3% interanual y del 1% respecto al mes anterior. Si bien los niveles de consumo siguen lejos de los históricos, el leve repunte puede interpretarse como una señal positiva en un contexto de poder adquisitivo limitado.

En cuanto a las exportaciones, durante abril se enviaron al exterior 62 mil toneladas de res con hueso, 10 mil más que en marzo. Sin embargo, esta cifra representa una caída del 13% en comparación con abril de 2024, lo que indica que, a pesar de buenos precios internacionales, la competitividad argentina sigue resentida.
Uno de los factores clave en esta pérdida de competitividad es el precio del novillo argentino, que se mantiene por encima del valor registrado en países vecinos como Brasil, Paraguay y Uruguay. Esta situación complica las posibilidades de recuperación de las exportaciones, especialmente en mercados sensibles al precio.