Es una de las rutinas más importantes que debemos incorporar para garantizar su inocuidad y la salud de todos los que vayan a consumirlas.
“Las frutas y las hortalizas frescas pueden entrar en contacto con contaminantes microbiológicos en cualquier punto de su trayectoria desde el campo hasta a la mesa”, explican las expertas de @bromatologiaencasa. Por ello, resaltan que, “independientemente del tipo de producción, ya sea convencional, orgánica o agroecológica se debe realizar el procedimiento de sanitizado, a menos que la mercadería informe en su rótulo que se encuentra lista para consumir”.
5 consejos para conservar mejor las frutas y vegetales:
- Los vegetales no solo se lavan, luego de quitar la suciedad visible con agua, además se deben sanitizar con solución de lavandina, utilizando Agua lavandina común, la cual en su rótulo indica que es “apta para potabilización de agua de consumo”. Siempre verificando la información detallada en su etiqueta, se prepara la solución, respetando la dosis indicada por el fabricante y el tiempo de contacto entre los vegetales y la misma. Si se respeta la dosis, no hace falta enjuague posterior.
- La sanitización se puede realizar en la bacha de cocina (limpia) o en recipientes plásticos contenedores, siempre que estos tengan altura para poder sumergir los vegetales.
- Se recomienda el uso de gotero o de una jeringa descartable para dosificar la cantidad exacta de lavandina en agua, al preparar la solución de sanitización.
- Luego de este procedimiento los vegetales ya se encuentran listos para su consumo o para almacenar en la heladera.
- En el caso de la papa, la cebolla o la batata, que se almacenan a temperatura ambiente, es importante tener en cuenta que “se recomienda realizar el sanitizado cuando se vayan a consumir, ya que, al humedecerlos, disminuye su vida útil”.
- El vinagre es un ácido débil que ayuda a desprender insectos adheridos a los vegetales, pero que no cumple la función de desinfección.
¿Qué lavandina usar para sanitizar frutas y vegetales?
Tanto para la sanitización de frutas y vegetales como para la potabilización de agua de consumo, se debe utilizar Agua lavandina común que indique que es apta para la desinfección del agua para frutas y verduras. “No debe utilizarse ni lavandina concentrada ni aquellas con aromas ni limpiadores, ya que no son aptas para potabilización ni sanitización por encontrarse aditivadas”, aclaran las profesionales.
El Agua lavandina común, también conocida como “solución de hipoclorito de sodio”, es un agente desinfectante de rápida acción y efectivo para eliminar el 99.9% de virus y bacterias. Para cumplir su función de desinfección, debe estar activada con agua a temperatura ambiente (tal cual sale de la canilla) y respetando la dosis indicada en el rótulo.
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Es importante destacar que no se debe diluir la lavandina en agua tibia ni caliente ya que el cloro es sensible al calor y se descompone con facilidad, perdiendo su poder desinfectante.
¿Cómo limpiar la lechuga?
La lechuga es una de las verduras que más atención hay que prestarle a la hora de su limpieza, debido a que además de tierra, entre sus hojas puede traer algunos insectos.
Estos son los pasos que recomiendan las especialistas:
- Una vez que llegamos a casa con la lechuga, vamos a lavarla correctamente, separando con la mano, hoja por hoja para retirar posibles pulgones y restos de tierra o suciedad.
- Luego preparamos la solución de lavandina apta para desinfección de vegetales (respetando las indicaciones del rótulo), y procedemos a sanitizar para bajar la carga de microorganismos a niveles seguros.
- Para secarla, antes de consumir o de guardar, es recomendable usar un envase centrifugador para quitar el exceso de agua.
- Para mayor comodidad, podemos sanitizar directamente en el mismo envase escurridor. Transcurrido el tiempo de contacto, se quita la solución de lavandina levantando el escurridor y luego se centrifuga, permitiendo hacer todo el proceso en menos de 5 minutos.
La clave para guardar la lechuga en la heladera y que dure varios días fresca, es hacerlo en un recipiente contenedor con tapa, colocando servilletas de papel descartable intercaladas con las hojas de lechuga, formando capas de papel y lechuga. Nunca debemos colocar la planta de lechuga directamente, dado que, si las hojas o la planta entera tocaran las paredes de la heladera, pueden marchitarse rápidamente. Las hojas, si se guardan separadas y enteras, duran más tiempo y se pueden conservar por al menos 7 días.