Esta abogada lidera la Dirección para Personas con Discapacidad del Gobierno de Junín. Como persona ciega habla de superar barreras que aún existen, de crear un entorno donde todos puedan moverse libremente, sentirse valorados y respetados.
Se calcula que más del 15% de la población mundial vive con una discapacidad. Sin embargo, la inclusión de estas personas se descuida a menudo como movimiento social. Ni se financia lo suficiente, ni se entienden estas situaciones.
En los podcast de “Estamos Rodeados” hablamos de dificultades para las personas con discapacidad con la abogada, Karina Sánchez, una mujer que no solo ha enfrentado estos desafíos como persona ciega, sino que también lidera la Dirección para Personas con Discapacidad del Gobierno de Junín.
Algunas de las declaraciones destacadas:
“La discapacidad es una deficiencia que choca con barreras de la sociedad y que impiden que la persona que tiene la deficiencia pueda gozar de los derechos en igualdad de condiciones como el resto. Todas las barreras las pone la sociedad”.
“Las mayores dificultades con las que nos presentamos las personas ciegas tienen que ver con las veredas obstruidas, con las motos, las bicicletas y los cajones de verduras en las veredas. Sin respetar los espacios. Pero hay una barrera que es ante todo actitudinal y que es no pensar en el otro”.
“Como una minoría las personas con discapacidad ven solo su propia discapacidad. Vos tenés las personas con discapacidad motora que hacen sus asociaciones, los que tienen que ver con los neuro divergentes una app de autismo que se ocupa de sus necesidades, los ciegos las suyas. Al no unirnos por todos los que tenemos un interés en común claramente tenemos diferentes necesidades y barreras. Entonces no hay como empatía. Cada uno mira su ombligo”.
“Otra cosa que no pasa es que las personas con discapacidad no luchan porque están acostumbrados a la dádiva. Parece que nunca salimos de la etapa de la mendicidad de la Edad Media, pero a la vez no nos conformamos con la pensión que nos quiera dar el Gobierno”.
“Estudié me recibí de abogada y busqué trabajo en la Municipalidad donde tuve suerte de que el intendente entendiera que se debía cumplir con el cupo de discapacidad. Fui y les dije: hay un cupo y es necesario que se cumpla. Me dijeron que sí y estoy muy agradecida. Fui transitando, inventándome cosas, creamos la biblioteca Braille, después pasé por Defensa del Consumidor un lugar, que a mí me gustó mucho porque soy una reclamadora serial y porque no tiene nada que ver con la discapacidad. Cuando el intendente actual me ofrece esta dirección me costó un poco aceptarlo porque sentía que tenía que volver a la discapacidad y ahí también empecé después a darme cuenta que podía hacer más cosas, pero no todas las que quisiera porque la sociedad no está preparada”.
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“La discriminación es tal, cuando es intencional. Yo videos que publico en TikTok hablando de discapacidad y la plataforma no es accesible, pero no es no me están discriminando, el problema es que no es accesible”.
“Yo pasé de tirar y empujar motos en la calle literalmente y tratar de romper vidrieras porque te dabas con un caño justo en la frente a tratar de enseñar. La discriminación es esto de pensar en su ombligo, de ir a lo rápido y a la masividad”.
