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“La 7 de Abril” y el alma de la Zamba

Cada 7 de abril celebramos el Día de la Zamba, y con él, el valor histórico, cultural y emocional de una de las piezas más emblemáticas del folklore argentino: “La 7 de Abril”. Entre versiones, misterios y coplas, esta zamba centenaria sigue viva en la memoria colectiva, uniendo generaciones a través de su melodía.

“La 7 de Abril” es el título con el cual se registró esta Zamba, una de las más populares del repertorio folklórico argentino. Fue Don Andrés Chazarreta, de cuna santiagueña, quien la incorporó en su “Compañía de Arte Nativo” a principios del siglo XX, destacando que él desde niño escuchaba esta melodía cuando su abuela tocaba la guitarra. Desde aquel momento comenzó a difundirse con mayor fuerza, no sólo en ambientes rurales donde ya era conocida, sino que también ganó fama en los escenarios y festivales de mayor importancia nacional.

El 7 de abril es considerado como el Día de la Zamba en honor a la maravillosa pieza musical que también recopilara Chazarreta, titulada justamente “La 7 de Abril”.

El músico tucumano Manuel Gómez Carrillo, abocado a la recopilación de documentación en el campo de la Ciencia Folklórica, también registró una versión similar, con algunas variantes en la notación musical, bajo el nombre de “La 7 de Abril”, que ha generado disputas a respecto de sus orígenes. Lo cierto es que son muchos los autores que luego han compuesto diferentes letras para la misma melodía de esta Zamba, como el tradicionalista Domingo Lombardi y la maravillosa cantora Leda Valladares, entre otros, permitiéndonos disfrutar de gran cantidad de coplas que han embellecido aún más esta emblemática Zamba.

Cada 7 de abril, festejamos la Zamba, destacando que fue, es y será, un ícono del Folklore Argentino tanto coreográficamente como musicalmente.

Cabe destacar que “La 7 de Abril” está cubierta por un halo de misterio sobre el origen de su nombre. Algunos estudiosos sostienen que estaría relacionado con episodios de nuestra historia como el levantamiento en contra de Juan Manuel de Rosas, a cargo de Marcos Avellaneda ocurrido un 7 de abril de 1840 en Tucumán. Otra posibilidad está vinculada a la fundación de la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, el 7 de abril de 1695, y podríamos mencionar varios acontecimientos más.

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Pero nada confirma el motivo por el cual esta Zamba se tituló así. Sobre la fecha de su registro tampoco hay datos concretos, ya que anteriormente a la conformación institucional de SADAIC (1936), existieron otras entidades como ARGENTORES (1910) o la Sociedad de Artistas Líricos Dramáticos (1901) y nunca se definió precisamente la fecha exacta de los registros tanto de Andrés Chazarreta como la de Manuel Gómez Carrillo.

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De todos modos, estos debates sobre su autoría y los orígenes de su nombre, son anecdóticos comparados con la popularidad, vigencia y valor que ha ganado esta obra, ya que no existe artista folklórico que la desconozca, infinidad de bailarines la han bailado y tantísimos músicos la han interpretado.

La zamba genera emociones profundas, por su historia, su encanto y su riqueza cultural.

Cada 7 de Abril, festejamos la Zamba, destacando que fue, es y será, un ícono del Folklore Argentino tanto coreográficamente como musicalmente. Nos identifica y hermana, representa tradiciones de las más arraigadas en todas nuestras provincias, y genera emociones profundas, por su historia, su encanto, su riqueza cultural y todos aquellos sentimientos que brotan del alma al sentir sus primeros acordes…

Por María Eugenia Alvear
Profesora de Historia