Tras la salida del cepo cambiario, el mercado de granos comenzó a reacomodarse: mientras la soja perdió valor en dólares y se estancó en pesos, el maíz mostró mayor firmeza y se encareció en el mercado local. La relación entre ambos cultivos se ubica en niveles históricamente bajos, lo que podría influir en las decisiones de siembra.
La eliminación del cepo cambiario reconfiguró el mercado de granos en la Argentina. Uno de los efectos más inmediatos se observó en el precio de la soja expresado en dólares, que cayó hasta 20 dólares por tonelada en las últimas semanas. Mientras tanto, el precio en pesos se mantuvo estable, oscilando en torno a los 315.000 pesos por tonelada. Esta desaceleración en el precio internacional, combinada con una estabilidad en el mercado local, reaviva las preocupaciones de los productores respecto a la rentabilidad del cultivo estrella de la campaña gruesa.
Trigo y alternativas: decisiones de siembra en un escenario complejo
En contraste, el maíz mostró un comportamiento más sólido. El precio pizarra en dólares se mantuvo relativamente estable durante abril, alcanzando un máximo de 208 dólares por tonelada. En el mercado interno, el cereal incluso se encareció: en los últimos 15 días su valor en pesos trepó hasta los 237.000, una suba que responde tanto al avance de la cosecha como a movimientos del tipo de cambio y la demanda interna.
Los contratos de futuro también reaccionaron a la nueva coyuntura. A raíz del fin del cepo y del ingreso de la cosecha, las posiciones de soja a mayo de 2025 sufrieron una baja del 7 % en el último mes, cotizando actualmente 21 dólares por debajo del valor registrado a principios de abril. En cambio, los contratos de maíz a julio tuvieron un comportamiento mixto: subieron a mediados de mes, pero luego retrocedieron, promediando 188 dólares por tonelada, un valor que se mantiene en línea con el promedio de lo que va del año.
Este nuevo escenario genera un cambio en la relación entre los principales granos. Con la soja perdiendo valor en el mercado de futuros y el maíz mostrando una mayor firmeza, la relación de precios entre ambos cultivos se ubicó en mínimos de los últimos cinco años. En este contexto, el maíz se mantiene relativamente caro frente a la oleaginosa, un dato no menor de cara a las decisiones de siembra que los productores comenzarán a evaluar en los próximos meses.