En Junín, el folclore se convierte en el vibrante escenario donde el amor florece entre parejas que comparten la misma pasión por la música. Conocé como estas historias no solo enriquecen la escena musical local, sino también tejen armonías creativas y de afecto.
En Junín, existen dúos musicales que, además de compartir una conexión romántica, comparten la misma pasión por la música y la construcción de un camino amoroso y familiar. Estas parejas destacan la música como un vínculo que los une y les permite planificar juntos.
Un ejemplo de esto es el dúo Acacia Robles, formado por Mariela Marinangeli en voz y Juan Pino en guitarra criolla y charango. Navegando a través de canciones del Litoral, del Norte y de la Pampa Húmeda, el dúo aporta su toque distintivo a canciones tradicionales mediante reinterpretaciones.
La unión sentimental de Pino y Marinangeli dio como fruto a Catalina, una niña de 12 años. Marinangeli describe cómo la presencia de la música siempre ha impregnado su hogar, convirtiéndolo en un espacio cultural. El nacimiento de Catalina marcó un hito tanto en sus vidas personales como en su carrera musical. Juntos, crearon el grupo “Los Crustáceos”, destinado a la música infantil, donde Catalina comenzó a cantar a la temprana edad de cuatro años.
Experimentaron numerosos escenarios y giras juntos, lo que les permitió descubrir y aprender mucho acerca de la música infantil y su impacto en los niños. “Vivimos los tres muchos escenarios y giras, y descubrimos a muchos músicos trabajando alrededor de las infancias. Eso también nos enseñó mucho”, dice Marinangeli.
María Laura Luchetti y Eduardo Díaz, tanto pareja musical en el escenario como sentimental en la vida cotidiana, comparten el amor por la música y las artes en el Conservatorio de música de Junín, donde ambos imparten clases de canto y guitarra. Su unión fortaleció sus pasiones musicales al máximo, creando una conexión única que facilita la comprensión mutua de las demandas de la vida artística.
Aunque Díaz ya tenía sus composiciones musicales, Luchetti exploró su talento escribiendo letras, siendo su primera canción “Nana surera”, una conmovedora canción de cuna inspirada en su hijo Agustín. Esta canción en formato de huella, premiada en algunos festivales, se convirtió en un hermoso cierre de un círculo creativo, ya que Díaz le dio vida con su música.
Este dúo es uno de los más activos de la escena musical local. Cuando la pareja se conoció las pasiones musicales se potenciaron al máximo. “Es una gloria que los dos nos dediquemos a lo mismo porque no es fácil para un músico, sobre todo para una mujer, que la persona que te acompaña en la vida esté a la par tuya entendiendo lo que haces cuando salís a tocar, o el tiempo que le dedicas a las guitarreadas y los ensayos”, cuenta Luchetti.
El patio que retumba
Pamela Santiago, una artista multifacética, y “Tuca” Martínez, el único luthier de bombos legüeros de la región, unen su amor y pasión por la música en un patio musical único (La Negrada, patio de retumbos) en la calle Garibaldi. Desde este espacio, revalorizan la fuerza del bombo legüero, el instrumento argentino por excelencia, presentándose en diversos lugares de todo el país.
“Estoy todo el día acá. No puedo estar adentro de ningún lugar. Los patios son maravillosos, pero este patio es mi lugar en el mundo. Nos costó mucho dejarlo así porque estaba detonado, y la gente que nos visita cada vez que viene se queda asombrada porque no pueden creer que en el medio de la ciudad hayamos armado este espacio”, dice el “Tuca”.
“El patio se armó con sueños, de la mano de las cosas que siempre vienen. No sé, si desde el principio estaba planeado armar este patio, pero desde siempre ya latía ese sueño. Toda la vida me dediqué a la música, desde los 3 años ya usaba el bombo como andador. El bombo legüero me ha salvado muchas veces. Para mí la percusión es una posta”, dice Pamela Santiago.
Otra pareja destacada también tiene como base el Conservatorio de Música. Centrándose en su profesión como docente, sus preferencias musicales y su deseo de integrar lo sofisticado con la música popular, la cantante Lola Barrios Exposito es una de las artistas más destacadas de la región. Junto a su pareja y ocasional colaborador musical, el pianista y director del Conservatorio de Música de Junín, Martín Kieffer, logran ser una verdadera bomba musical súper recomendable.
“Elijo cantar lo que siento que me representa”, explica Lola Barrios Expósito. “El canto es una parte esencial de mi vida, algo coyuntural. Siempre estoy involucrada en algún proyecto y colaborando con personas a las que quiero”, afirma Barrios. Además, ha tenido la oportunidad de cantar junto al Ballet Folklórico Nacional y la Orquesta de Tangos Juan de Dios Filiberto.
Muy activos en redes sociales la pareja Expósito y Kieffer lanza canciones que reflejan no solo su pasión por la música, sino también la comunión amorosa que los caracteriza.