El movimiento orgánico crece ganando adeptos. Pero ¿de qué se habla cuando se habla de orgánicos? Benito Insúa mete la cuchara en el gran debate.
Para el diccionario de la Real Academia Española, lo orgánico es algo que se realiza en condiciones acordes, proporcionadas y agradables. Este tipo de producción forma parte de un proceso en el que todos sus protagonistas son valorados, potenciados y respetados. En este devenir el ser humano ocupa un rol central en el que su interacción con la naturaleza es determinante para él y para el entorno ecológico.
Un producto es orgánico cuando no contiene agroquímicos ni semillas transgénicas y cuando su producción se realiza cuidando el medio ambiente, preservando sus recursos naturales y manteniendo o aumentando la biodiversidad y la fertilidad del suelo. En Argentina productores, comerciantes, investigadores, profesionales y consumidores ya toman cartas en el asunto trabajando a pulmón bajo principios de salud, ecología, equidad y precaución.
Aunque el origen del repudio a la intervención en los procesos productivos data de mucho tiempo antes, la corriente orgánica existe y viene creciendo desde 1995 cuando se terminó de consolidar el Movimiento Argentino para la Producción Orgánica (MAPO). En el mundo se habla de “lo orgánico” desde el año 1800, pero comienza a interpretarse como movimiento cien años después, con el nacimiento de la agricultura a escala masiva e industrial.
MAPO funciona con cinco premisas: promover la producción orgánica, difundir y demostrar a la comunidad los beneficios del sistema de producción y alimentación orgánica, asegurar la calidad y la transparencia de los mercados orgánicos y expresarse en defensa del movimiento orgánico y todos sus integrantes.
Sin jugar con los extremos antagónico que tantos nos caracterizan, y donde posiciona lo orgánico de un lado y la agricultura en el otro, vale decir que la implementación de procesos orgánicos amortigua la saturación de las tierras, la falta de agua y el deterioro de los suelos.
En los últimos dos años el mercado interno de productos orgánicos se duplicó gracias a restaurantes, distribuidores y negocios. Ciertamente Argentina está en el top 5 de países con mayor cantidad de hectáreas certificadas para el trabajo orgánico.
Algunas razones para consumir orgánico:
- Protege la calidad de vida de las futuras generaciones
- Previene la erosión de los suelos
- Ayuda a los productores chicos
- Resguarda la calidad del agua
- Preserva la energía
- Los alimentos tienen más sabor