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El compás de Franco Mirambell Castillón: donde la música es vida

Para este guitarrista su viaje musical es un testimonio de cómo la pasión por la música puede ser el hilo conductor de una existencia plena y enriquecedora.

Para el juninense Franco Mirambell Castillón la música no es un pasatiempo. Lejos está de ser un hobby, pues la vive y respire en todos los aspectos de su vida. Para él tocar su guitarra, elaboradora especialmente por un lutier de la ciudad, es vivir en este tiempo y espacio.

Castrillón visitó el programa Estamos Rodeados, conducido por Diego Abdo.

 Apasionado como pocos y con 27 años estudió en el Conservatorio de Música de Junín y hasta el día de hoy sigue aprendiendo: este 2023 estudió una diplomatura en guitarra clásica en Rosario aprendiendo de músicos de peso internacional. Además, comparte este arte con otros a través de la enseñanza, brindando clases de guitarra para niños de Jardín y también para adultos mayores en Hogares de Ancianos.

“De chiquito yo quería ser médico o astronauta. O algo exótico, pero que requiera mucho estudio. Yo ingresé en el conservatorio en 2010 porque quería tomar clases de guitarra. Y ahí me quedé. Me sentí cómodo. Y con el correr del tiempo, cuando fui creciendo, descubrí este mundo que es el de la guitarra clásica primero”, cuenta entrevistado en el programa de radio Estamos Rodeados que se emite todos los viernes de 20:30 a 22 horas por LT20 radio Junín.

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Criado en una casa familiar donde se escuchaba tango de fondo, creció con este género musical bien porteño como cortina de fondo de su infancia. “La música es inabarcable. Ahora estoy muy interesado en las músicas populares de distintos países”, dice.

Para mí la música es todo. Es lo que le da sentido a mi vida. Encontré un camino a seguir y eso se lo debo a todos mis profesores que me inyectaron que esto de la música se debe tomar en serio y que te da muchas satisfacciones que son invaluable. A su vez me conecta con las personas”, dice.

Ver tocar a Castrillón en escena es sumergirse en un microclima que propone segundos después que comienza tras inhalar y tomar concentración para lucirse con piezas musicales propias de la música Clásica. “Si bien es un privilegio hacer música hay que perseguir este camino. Para mí la guitarra es mucho que sentarse y tocar, hay que dedicarse, pero finalmente es muy gratificante”, cuenta.

A Castrillón se lo pudo ver a lo largo de todo este 2023 en distintas facetas. Aunque una de las más particulares fue la de acompañar musicalmente con su guitarra a Estela Centeno en un ciclo de poesías llamado “Paisajes. “Ensamblamos cuentos populares españoles con música clásica del periodo Romántico”, cuenta.

“Toco mucho pero más que nada porque me hace bien. Le dedico mucho tiempo a la guitarra”. Su historia, como las de tantos otros músicos, nos recuerda que la música no solo se escucha, sino que también se vive, se siente y se comparte, trascendiendo fronteras y generaciones.