Nuestro columnista, Matías Senigagliesi, cumple con aquella máxima que dice que al “mal tiempo buena cara”, y brinda una serie de tips para realizar en planteos ganaderos y en agricultura.
En momentos de altísima incertidumbre política (elecciones de medio término), climática (definición del evento Niña, Neutro, Niño, ubicación del anticiclón del Atlántico, etc.) y de mercados granarios (floración de maíz en el cinturón maicero en EEUU, por ejemplo), no hay que desanimarse ya que se puede trabajar sobre numerosísimas variables tranqueras adentro.
En agricultura se deben intensificar los análisis de suelo, las decisiones de que especies sembrar, la selección de materiales híbridos y variedades, aplicaciones de fitosanitarios eficientes, la diversificación de fechas de siembra, densidad de siembra, etc.
Conociendo lo que pasa en el suelo, es decir dotación de nutrientes, contenido de humedad, profundidad de napas, compactación, etc, se puede definir qué especies a sembrar y cuáles son los híbridos y materiales más destacados para dichas condiciones. Asimismo, se pueden variar las fechas de siembra para que los períodos críticos de los cultivares caigan en momentos de menor demanda atmosféricas o aportes de lluvias, también se pueden revisar los ciclos de los materiales y los tipos de resistencia a herbicidas, en tanto que las enfermedades e insectos se pueden seleccionar de antemano al igual que las densidades de siembra.
Cada aplicación de fitosanitarios, los cuales han aumentado su precio y muchos no están disponibles, deben ser eficaces teniendo en cuenta la humedad ambiental, la temperatura, la velocidad y la dirección del viento. También se debe analizar si puede haber inversión técnica para que cada gota cumpla de la mejor manera los requisitos técnicos.
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En ganadería se debe conocer la carga por categoría, la disponibilidad de comidas y los parámetros de manejo como por ejemplo el porcentaje de preñes, el porcentaje de destetes, entre otros.
La cantidad de animales, por categoría, va a definir la demanda de alimento en función de las estaciones y a lo largo del año, las cuales deben ser cubiertas por la oferta de recursos alimenticios. Es decir, la oferta que va dar lugar a conocer la carga y si la misma se puede cubrir, para lo cual hay que planificar permanentemente.
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También se puede ajustar el manejo para reducir ineficiencias, como realizar tacto para sacar del rodeo las vacas vacías, ir estacionando el servicio para homogenizar la tropa y facilitar el manejo, intensificar el pastoreo, respetando los períodos de descanso, sin sobrepastoreos y manteniendo los recursos productivos durante años.
Se puede analizar, trabajar, sacar conclusiones y establecer pautas, muy útiles puertas adentro, con diagnósticos muy claros que permiten mejoras reales y con tecnologías de procesos más que de insumos ó tecnológicas, logrando siempre las mejores relaciones costo/beneficios con sustentabilidad en el tiempo.
Muchas tareas nos esperan tranqueras adentro, la clave es planificar, sacar números y trabajar en el presente pensando en el futuro cercano.
Por Matías Senigagliesi, es ingeniero agrónomo y especialista en Gestión Ambiental en Sistemas Agroalimentarios (UBA). Matrícula provincial N° 793. N° de Reg. DSV y FA 2072.